Urgencias alrededor de la movilidad

Urge empezar a actuar en Zaragoza para mejorar el transporte público y la movilidad de los ciudadanos. Algunas de las medidas necesarias cuentan con un amplio consenso.

Tras la aprobación del presupuesto del Ayuntamiento de Zaragoza, desde la Unión Vecinal Cesaraugusta demandamos que una de las prioridades para este año 2018 tenía que ser la reactivación del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS). Casi como respuesta a esta solicitud se puede entender el análisis realizado por una consultora externa en el que se valoran los puntos fuertes y las debilidades de la movilidad en la capital aragonesa.

Es necesario un debate amplio sobre el transporte colectivo, el aparcamiento, las terminales o nodos urbanos, la integración de tarifas, la movilidad peatonal o la relación entre la bicicleta y el peatón. Pero, sobre todo, es fundamental actuar, tomar decisiones y hacerlo ya. El equipo de gobierno quiere abrir un proceso de participación ciudadana y aprobar antes del próximo verano una serie de propuestas. Está muy bien el propósito, pero hay medidas sobre las que, de inmediato, se podría empezar a trabajar porque generan un amplio consenso.

Desde la Unión Vecinal Cesaraugusta, modestamente, queremos aportar un pequeño catálogo con algunas de esas medidas. Por ejemplo, las hay que tienen que ver con el tráfico, como contemplar la reducción de la velocidad en el interior de la ciudad o que las intersecciones tengan prioridad para el transporte público, tal y como ya sucede con el tranvía.

Y asociadas al tráfico, iniciativas como canalizar la entrada de vehículos hacia aparcamientos en conexión con el transporte público. O la creación de zonas económicas para aparcar en superficie. En Zaragoza hay vacíos urbanos repartidos por el centro de la ciudad y en los aledaños del río Ebro que se podrían aprovechar, mediante acuerdos con los correspondientes propietarios, para esa finalidad.

Crear carriles exclusivos para el transporte público y tarifas integradas son iniciativas que tampoco suponen un gran desembolso económico. Lo que a día de hoy resulta inconcebible es que un billete sencillo no se pueda utilizar en transbordos. Y a la hora de avanzar en una mejor gestión de la movilidad, hay que adaptar el transporte a la demanda, sobre todo en los polígonos industriales, e impulsar medidas como la promoción del coche compartido o el alquiler de vehículos por horas.

En definitiva, tenemos que preguntarnos cómo nos gustaría movernos por la ciudad y actuar de inmediato. Porque, además, hay certezas inamovibles desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, en relación al transporte público está perfectamente diagnosticado que prolongar las líneas no es la solución; que la ciudad crece y no hemos sabido adaptarnos a ese crecimiento.

También hay bastante consenso alrededor de la idea de que las restricciones del tráfico rodado a muchas zonas del centro no pueden ser completas, que tiene que ser compatible la convivencia del coche, el peatón y los distintos medios de transporte. O que la red de cercanías debería integrarse con el resto de los medios de transporte para dejar de ser una isla desde el punto de vista de la movilidad.

En definitiva, no podemos olvidar que la función de los medios de transporte público es dar satisfacción a las necesidades que tienen los ciudadanos de moverse por la ciudad; que se trata de un derecho social que es prioritario garantizar de forma igualitaria. Y en Zaragoza, urge empezar a tomar medidas.