Casi 50.000 motos circulan ya por Zaragoza y obligan a instalar 4.200 aparcamientos

El auge de la movilidad sobre dos ruedas en Zaragoza no es exclusivo de la bicicleta. Así lo pone de manifiesto el padrón de vehículos, que refleja cómo el número de motos no ha parado de crecer en los últimos años, hasta rozar los 50.000 vehículos de este tipo. Una tendencia que ha obligado al Ayuntamiento a acelerar la instalación de aparcamientos específicos hasta superar, en las últimas semanas, las 6.000 plazas. Una medida aplaudida por los conductores, que sin embargo reclaman más mejoras.

Según los datos municipales, en la actualidad hay 31.480 motocicletas y 16.467 ciclomotores. La suma (48.307) es la más alta de la historia y muestra cómo este tipo de vehículos se han convertido en una opción cada vez más demandada para moverse por la capital aragonesa. De hecho, ya representan el 15% del parque automovilístico. La modificación legal que permitió a los titulares del carné de conducción B con más de 3 años de experiencia circular con motocicletas de hasta 125 centímetros cúbicos fue una de las claves de este fenómeno.

A eso hay que unirle los efectos de la crisis económica, que mermaron la capacidad de compra de coches, y el cambio de hábitos de la población más joven, cada vez menos interesada en ponerse al volante de un automóvil, según lamentan desde el sector de las autoescuelas. Como consecuencia, la presencia de motos en las calles es cada vez mayor, y desde el área de Movilidad del Consistorio destacan las ventajas de un medio de transporte que «mejora la fluidez del tráfico» y la «sostenibilidad».

Sin embargo, la proliferación de motos también ha evidenciado carencias en la ciudad. La falta de plazas de aparcamiento es una de las más claras, y sobre todo en el Centro la acumulación de vehículos de dos ruedas sobre las aceras, pese a ser legal, llega a representar un problema. Desde el Ayuntamiento han impulsado la creación de plazas específicas por toda la ciudad. En cuanto a las ubicaciones elegidas, fuentes municipales señalan que «los lugares preferentes son aquellos donde las propias características de los vehículos puedan favorecer la seguridad vial».

Citan como ejemplos los lugares inmediatos a los pasos de peatones o junto a intersecciones. La idea es mejorar la visibilidad. «Alrededor del 80% de los pasos de cebra del Centro ya cuentan con alguno de estos sistemas», señalan, una cifra que alcanza al 100% de los cruces para peatones de La Almozara y La Cartuja.

Los moteros proponen

La medida ha sido bien acogida por los conductores, pero reclaman más mejoras que ya se han puesto en marcha con éxito en otras ciudades del país. Así lo defiende Juan Manuel Reyes, presidente de la Asociación Mutua Motera. «Las motos reducen los problemas de aparcamiento en la ciudad y fomentan la movilidad sostenible», recuerda.

Pero más allá de las plazas instaladas, reclama «mejorar el pavimento» para evitar accidentes. Señala que las tapas de registro y alcantarillas «deslizan mucho en mojado», y apuesta por productos que aumentan el coeficiente de rozamiento. Por el mismo motivo pide «reducir la superficie pintada de las marcas viales». Para ello, propone que en los pasos de cebra con semáforos «se sustituyan las rayas tradicionales por un cuadradito al principio y otro al final de la línea, dejando la parte central sin pintura», una técnica utilizada en ciudades como Granada, Barcelona o Sevilla. «Se mejora la seguridad para motos, ciclistas e incluso peatones», advierte.

Por otro lado, la utilización del carril bus es una de las demandas históricas del colectivo motero. «En líneas generales se permite usarlo en muchas ciudades, algunas incluso lo tienen regulado», comenta Reyes. En esos casos «la permisividad del transporte público es excelente, no ha crecido la siniestralidad y ha aumentado la fluidez», dice. A su juicio, los carriles bus «tienen poco tráfico y la moto es más ágil que los autobuses, por lo que no dificulta la circulación, son todo ventajas», concluye.

Finalmente, desde Mutua Motera reclaman la instalación de zonas avanzadas en semáforos, un espacio reservado para que estos vehículos ocupen la parte más adelantada frente al disco rojo. «Evita que estemos entre coches y que nos golpeen lateralmente, hay muchos accidentes de este tipo», lamenta Reyes. Conjuntamente, en ciudades como Vigo se han instalado carriles de aproximación hasta los semáforos. «No es un carril bici para motos, sino una vía en los últimos 200 metros antes del semáforo que permite a los moteros y ciclistas segregarse en el momento mas peligroso para ellos, cuando frenan o aceleran», resume.