Ibercaja cierra la antigua sede de la CAI a la espera de dar un uso comercial y residencial al edificio

La oficina bancaria sigue operativa hoy viernes, pero desde el lunes traslada su actividad.

Edificio de Ibercaja, en la antigua sede de Caja Inmaculada, en el paseo de la Independencia
Edificio de Ibercaja, en la antigua sede de Caja Inmaculada, en el paseo de la Independencia
José Miguel Marco.

Hoy viernes será el último día que Ibercaja atienda a sus clientes en la oficina del paseo de la Independencia, la sucursal ubicada en la antigua sede central de Caja Inmaculada.

Los 25 empleados que ahora trabajan en ella serán reubicados a partir el lunes en el resto de los centros de trabajo que la entidad financiera tiene en la zona, sobre todo en su oficina principal de la plaza Basilio Paraíso, que absorberá a la mayoría de los operarios. Los trabajadores ya han ido avisando estos días a sus clientes para informarles del inminente cambio.

Con el cierre de la sucursal bancaria se da un paso más hacia la transformación del inmueble que ya avanzó Ibercaja hace medio año. Fuentes de la entidad aseguraron ayer que el banco sigue trabajando en la misma línea anunciada en el mes de junio, cundo comunicaron al Ayuntamiento de Zaragoza sus planes para el céntrico edificio, ahora semivacío.

Desde que Caja Inmaculada, integrada en la época de las fusiones bancarias en Caja 3, pasó a formar parte de Ibercaja, el inmueble del paseo de la Independencia ha ido quedando sin utilización. El imponente bloque de oficinas apenas tiene ocupadas en este momento la planta calle (donde se ubica la sucursal bancaria de Ibercaja), el tercer piso (donde siguen los seis empleados de la Fundación CAI) y el sótano del inmueble (donde está la sala CAI-Luzán).

De ahí que la entidad aragonesa, en un contexto de racionalización de gastos y utilización eficiente de recursos, lleve tiempo estudiando la mejor manera de dar salida a un edificio emblemático situado en una de las mejores zonas de la ciudad.

El proyecto ideado por la entidad aragonesa pasa por reconvertir por completo el edificio y modificar su actual configuración de bloque de oficinas para darle un uso residencial y comercial.

Estas mismas fuentes recordaron que el modelo que plantea Ibercaja contempla un aprovechamiento urbanístico de las seis o siete plantas superiores del edificio, en las que se habilitarían viviendas de lujo. Asimismo, la entidad busca un operador comercial para que se haga cargo de la planta calle, el sótano y la primera planta del inmueble.

Buscando un operador comercial

En cuanto a la situación en que se encuentra en este momento el proyecto, desde Ibercaja explicaron ayer que aún no tienen un operador comercial interesado en instalarse en el céntrico edificio y que la parte residencial sigue en tramitación administrativa (no se tienen todavía todos los permisos para comenzar la reconversión de los espacios ocupados ahora por oficinas y convertirlos en viviendas).

En opinión de la entidad, el punto principal de la operación es la utilización comercial del inmueble y confía en que la aparición de un operador para hacerse cargo de esa actividad y ocupar las plantas bajas del edificio acelere el resto del proyecto.

De momento, las únicas obras que se harán en el edificio son las propias del traslado de las actuales instalaciones bancarias. "La planta calle debe quedar diáfana –explicaron ayer estas fuentes–, por lo que en los próximos días se desmontará la oficina y se adecuará la zona de los cajeros. Pero no hay previsión de iniciar pronto otro tipo de actuación para cambiar los usos del inmueble".

La Fundación CAI también se traslada

Además del cierre de la sucursal bancaria de Ibercaja, el desalojo de las antiguas oficinas centrales de Caja Inmaculada en el paseo de la Independencia va a obligar también al traslado del equipo que conforma en este momento la estructura central de la Fundación CAI y de la sala CAI-Luzán (instalada en la planta sótano y que se compone de un salón de actos y de una sala de exposiciones).

Fuentes de la fundación explicaron ayer que los seis empleados de esta entidad, que ahora ocupan la tercera planta del céntrico inmueble, se instalarán a partir del lunes en el edificio que la Fundación CAI tiene en la avenida Ramón Sainz de Varanda, donde se encuentra ubicado en este momento uno de los centros de formación de la Escuela de Negocios CAI (el otro módulo está en Cuarte de Huerva).

En cuanto a CAI-Luzán, fuentes de la fundación recordaron que este espacio está cerrado desde el pasado 26 de noviembre, fecha en la que se proyectó la última película y avanzaron que, a partir de ahora y de manera provisional y transitoria, las actividades programadas se harán en espacios alternativos pertenecientes a la propia fundación –como el centro Joaquín Roncal, la biblioteca Mariano de Pano o la Escuela de Negocios– o el Conservatorio Superior de Música de Aragón, en función de la tipología de las distintas actividades.

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