Los detallistas del Mercado Central se mudarán a la nueva carpa provisional a finales de febrero

En dos semanas se comenzará a montar la estructura de 1.500 m2 que ha costado 1,4 millones.  Un vallado protegerá las Murallas y el acopio de materiales se hará junto a la estatua de Augusto.

Recreación de cómo quedará el mercado remodelado, con su estructura liviana y acristalada, en una vista nocturna.
Recreación de cómo quedará el mercado remodelado, con su estructura liviana y acristalada, en una vista nocturna.
Heraldo

A falta de grandes inversiones y de proyectos de enjundia –en el gobierno repiten como un mantra que no quieren obras faraónicas sino dedicarse al "urbanismo de las pequeñas cosas"–, la reforma del Mercado Central es el reto de mayor envergadura del mandato ZEC. En unos días se empezará a montar la gran capa que acogerá los puestos mientras duren las obras –trece meses– y lo que es seguro es que los detallistas pasarán la campaña de Navidad e, incluso, San Valero en su ubicación actual. No es cosa menor porque en los días de adviento el Mercado recibe casi un tercio de sus visitantes anuales y, en consecuencia, había cierta incertidumbre sobre los plazos de la mudanza.

El próximo lunes 6 comenzarán las catas en la calle de Salduba para instalar algunos anclajes que, en todo caso, serán muy superficiales. Esta es una exigencia de la comisión de Patrimonio dado que todos los trabajos se llevan a cabo en un área protegida por ser Bien de Interés Cultural. Está previsto que la Muralla Romana se proteja con un vallado y, además, no se descarta que cuando acaben las obras se prescinda del zócalo de hormigón añadido que ahora tapa parte de los vestigios. La gran carpa tendrá una techumbre a dos aguas, salvo en la parte de la Muralla, donde solo achicará hacia la calle. El área de la estatua de César Augusto y la ranita quedará cercada como zona de acopio de materiales de obra.

Aunque en un principio se pensó en alquilar una gran instalación para el traslado provisional de los detallistas, al final, y dado que no había diferencia de precios, se ha decidido comprar la estructura que será reutilizada posteriormente. Aún no se ha montado, pero ya le han salido novias, principalmente como almacén de 1.542 metros cuadrados de superficie, de algunos departamentos.

El arquitecto José Antonio Aranaz explica que lo más complicado ha sido "trabajar en la calle" por tener que lidiar con el tráfico, los veladores, el arbolado... Serán tres meses y medio lo que se tarde en montar la carpa que condicionará el mercadillo navideño o las procesiones de Semana Santa.

La intervención en el edificio de Félix Navarro se alargará algo más de un año, aunque estos trabajos –valorados en 15 millones– aún no se han adjudicado. Para Aranaz, el cambio principal es que "se va a ganar espacio" dado que los pasillos actuales parecen "túneles angostos" y tras la remodelación incluso los puestos serán más grandes. El mercado eliminará las mamparas que se instalaron en los años 80 para hacerlo acristalado y "se podrá ver todo el interior desde fuera". Como es sabido, se mejorarán los cerramientos, se colocarán ascensores y la lonja reducirá su número de mostradores: de los 170 actuales a apenas 74. Para estos ya hay 60 interesados pero el Ayuntamiento lanzará una segunda convocatoria con la rebaja de las exigencias y las condiciones que se planteó en un principio. El tener que acreditar un mínimo de diez años de experiencia echó atrás varias solicitudes que, ahora, podrán repescarse.

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