La línea 60 se hace de rogar

Estaba previsto que la nueva lanzadera de autobuses que conecta Santa Isabel con la plaza de Mozart comenzara a circular en septiembre.

Estado de los asientos de la línea 32
La línea 60 se hace de rogar
L.G.

Septiembre era el mes marcado en el calendario para que comenzara a circular una nueva línea de los Autobuses Urbanos de Zaragoza, la número 60, que serviría para conectar el barrio de Santa Isabel con la plaza de Mozart. Su implantación se está haciendo de rogar y los vecinos, aunque confían en que llegue tras las fiestas del Pilar, denuncian que el Consistorio “no ha cumplido con los plazos previstos”.

Desde que en 2013 se suprimió el trayecto del autobús 45 los problemas de movilidad en Santa Isabel han ido en aumento. Por ello, 26 colectivos de la zona impulsaron en abril una plataforma para recuperar una segunda línea. El Ayuntamiento se comprometió a implantar en septiembre la número 60 a modo de lanzadera, una propuesta aceptada por la plataforma aunque eso suponga perder frecuencia del autobús 32, el único que llega actualmente hasta el barrio. “Nos dijeron que quitarían tres unidades del 32, pero que las remplazarán con la llegada de la nueva remesa de autobuses. Uno se repondría a finales de 2017 y los otros dos en 2018, hasta recuperar los 17 vehículos asignados a esta línea”, cuenta Luis Huerto, de la Asociación Santa Isabel Tuya.

Isaac Garza, coordinador de la plataforma y miembro de la Asociación Gaspar Torrente, confía en el que Consistorio cumpla, “pero nos ha fallado en las fechas y ha tenido todo un verano para trabajar”. El vecino asegura que en septiembre han sido pacientes, pero que la plataforma está más viva que nunca y está dispuesta “a salir a la calle y a volver a protestar si es necesario”. Desde el Consistorio les han reafirmado su compromiso y les han asegurado que “la línea llegará”, pero que antes deben firmar un contrato nuevo con Avanza y cumplimentar una serie de trámites.

La previsión es que el 60 finalice su trayecto en la plaza de Mozart, pero eso “no nos soluciona los problemas”, manifiesta Jesús Fon, portavoz de la plataforma. Los vecinos insisten en que necesitan “una línea completa que conecte al barrio con transbordos como el tranvía, que permita llegar a la Universidad o al hospital de referencia, el Royo Villanova”. La plataforma acepto la propuesta del Consistorio “para ver si lográbamos una frecuencia más estable en un recorrido más corto, pero sabemos que este es solo un principio de solución”, precisa Fon.

Las deficiencias del 32

La línea 32 mantiene desde hace años un “estado deficitario”, cuenta el portavoz, especialmente en temas de limpieza y tiempos de espera. “Recibimos muchas quejas porque los autobuses dejan mucho que desear, los tapizados dan vergüenza, no parece que los vehículos pertenezcan a la quinta ciudad de España”, recalca Fon.

La frecuencia oscila entre los 10 y los 17 minutos, y los vecinos de la zona aseguran “que por cada 32 se ven pasar entre dos y tres 21 en algunas paradas”. En horas punta la plataforma reclama que al menos los autobuses que circulen sean dobles, porque si no “tras 15 minutos de espera es probable que no puedas subir”.

El colectivo basa la petición de una segunda línea en el crecimiento de la zona. “Somos un barrio que utiliza mucho el transporte público, tenemos un instituto importante, el Río Gállego, al que acude mucha gente”, señala el portavoz. Para los vecinos, resulta “incomprensible” que con menos habitantes se aprobara la llegada del 32 al barrio y que ahora, con muchos más, “se hayan puesto dificultades para restablecer una segunda línea”.

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