La Audiencia archiva de forma definitiva el caso de las obras fantasma del tranvía

Reconoce que 4 trabajos previstos no se hicieron, pero añade que el Consistorio conocía los reajustes y no pagó de más.

Un grupo de gente sube al tranvía en una parada
Tranvía de Zaragoza
Oliver Duch

La Audiencia Provincial acaba de dar el carpetazo definitivo al caso de las obras fantasma del tranvía, en el que se investigaba el presunto cobro de 2,3 millones de euros al Ayuntamiento de Zaragoza por cuatro trabajos planificados pero nunca ejecutados. En un auto del que ha sido ponente el magistrado Francisco Picazo, la Sección Sexta constata que las actuaciones bajo sospecha efectivamente no se hicieron. Pero no aprecia indicios de delito, ya que considera que fueron "motivos técnicos" y no otros los que lo impidieron. De ahí que archive la causa y exonere a los cuatro investigados: la actual gerente de la sociedad Los Tranvías de Zaragoza, Ana María Moreno; en ingeniero del Ayuntamiento, Francisco Calvo-Manzano; el de la UTE FCC-Acciona, José Antonio Carriles;y uno de los jefes de obra, Carlos Blas Tejada.

Las supuestas obras fantasma eran cuatro: el traslado de las fuentes de la plaza de España y de Basilio Paraíso, la construcción de una nave de servicios en las cocheras de Parque Goya y el cambio de ubicación de la salida del aparcamiento público de Puerta Cinegia, en la plaza de España. Las declaraciones de los encausados y la documentación aportada a la causa han servido para comprobar que estos trabajos no se ejecutaron. Pero la Audiencia Provincial recuerda ahora en su auto que no solo dejaron de hacerse obras previstas, sino que el proyecto inicial de la Línea 1 sufrió modificaciones y también se llevaron a cabo trabajos no incluidos en el contrato inicial.

Como el precio de dicho contrato era cerrado –194 millones de euros sin IVA– y el Consistorio fue informado puntualmente de las modificaciones, la Sala considera que las arcas municipales no tuvieron que sufragar ningún gasto extra. "Todo ello hace que (...) las irregularidades que pudieran haberse detectado en el desarrollo del proyecto carezcan de trascendencia penal", concluye.

Las pesquisas de este caso se iniciaron a raíz de la denuncia interpuesta por la Asociación de Afectados por las obras del Tranvía de Zaragoza (Atranza), en la que apreciaba, entre otros, supuestos delitos prevaricación, malversación, falsedad documental. Según la acusación popular, a la que representaba el letrado Santiago Palazón, las irregularidades cometidas durante la construcción del tranvía eran muchas. Sin embargo, la titular del Juzgado de Instrucción número 8, Nicolasa García, acotó la causa y centró la investigación en las cuatro obras bajo sospecha.

Practicados los interrogatorios y examinada la prueba, la magistrada entendió que no había base para atribuir a los investigados ilícitos penales y decidió archivar el caso. No conforme con su decisión, Atranza recurrió el sobreseimiento provisional: primero en reforma ante la propia juez, que confirmó su postura; y después en apelación ante la Audiencia de Zaragoza, que ha dado por buenos los argumentos de la instructora.

Como recuerda Picazo, sobre esta última resolución ya no cabe recurso ordinario de ninguna clase, por lo que el asunto queda definitivamente zanjado.

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