Más de un siglo mirando al cielo desde la muralla

La estación meteorológica de Daroca está situada en las murallas desde que comenzó a funcionar, en 1909. Durante más de un siglo, ha recogido la información climatológica del municipio zaragozano de forma ininterrumpida, salvo un breve periodo de tres meses en la guerra. Este observatorio ha sido ahora reconocido por la Organización Meteorológica Mundial, junto a otras tres instalaciones españolas centenarias –Tortosa (Tarragona), Izaña (Tenerife) y Madrid-Retiro–, del total de las 60 que han merecido esta mención en todo el planeta. España ha sido el país con mayor número de estaciones premiadas en esta convocatoria.

Al frente del centro de Daroca se encuentra desde 1994 Yolanda Jiménez: "Contamos con una de las series más largas y completas". El conjunto de todas las cifras permite analizar el clima de Daroca en el último siglo, teniendo en cuenta distintas variables, como temperatura, humedad, presión atmosférica o viento.

La jefa del observatorio, que depende de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), agradece la labor que realizó Carmelo Saldaña, que trabajó en el observatorio de 1944 a 1990, cuando se jubiló. Saldaña, a sus 89 años, recuerda que en aquella época "estaba solo" y llegaba a registrar los datos hasta en siete horas diferentes "sin faltar ni un solo día". Más de cuatro décadas en las que se dedicó de lleno a esta labor de forma "exhaustiva" y "a conciencia". Carmelo Saldaña echa la vista atrás y evoca la labor que desempeñó antes que él "un religioso escolapio, también profesor, que se encargaba de las observaciones meteorológicas".

La entrega de los sucesivos responsables de la estación ha sido tal que, a pesar del tiempo transcurrido, se conocen detalles del clima de Daroca en los últimos 100 años. De esta manera, tal y como apunta Jiménez, es posible saber que la precipitación máxima que se recogió en 24 horas fue de 81 litros por metro cuadrado, y ocurrió el 10 de julio de 1923. O que el 2 de enero de 1918 Daroca vivió el día más frío de su historia, llegando a los 24,2 grados bajo cero.

La jefa del observatorio menciona, al mismo tiempo, que cuando se crearon las líneas aéreas y se estableció la ruta Madrid-Barcelona se puso en marcha en Daroca un campo de vuelo para el repostaje de los aviones. Lo peculiar de este centro, según dice, es que durante estos años "siempre ha estado en el mismo sitio, sobre la muralla realizada en tapial" y, además, "el entorno apenas ha variado", en cuanto a edificaciones ni a contaminación. "Hoy que se habla tanto de cambio climático –asegura– una serie tan larga viene muy bien porque aporta mucha información". De hecho, para estudiar el clima de un lugar se necesita "al menos" contar con datos meteorológicos de los últimos 30 años. La Aemet cuenta en la actualidad con una extensa red de más de 3.000 estaciones con el fin de recabar información sobre temperaturas extremas, precipitación diaria y viento.