Cientos de personas disfrutaron ayer de la jornada festiva en torno a las tradicionales y multitudinarias romerías de la Vera Cruz al Cristo de la Ribota, desde la ciudad de Calatayud, y al santuario de Monlora, en las Cinco Villas.

Como cada año, la salida desde la iglesia de San Andrés obligó a madrugar a las cerca de 200 personas que se animaron a hacer el recorrido a pie, que dura casi dos horas –con paradas en la ermita de Santa Bárbara y para almorzar incluidas–. "Esta romería es muy antigua y muy típica de la ciudad de Calatayud. Estoy admirada con la cantidad de gente que ha venido", explica Rosa Calmarza, miembro de la asociación Torre Albarrana, que, por segundo año consecutivo, promovía la celebración después de que se disolviera la Cuna Peña del Cachirulo, a quien cogieron el testigo de la organización. "Uno de los objetivos de nuestra asociación es salvaguardar las tradiciones, por eso decidimos continuar nosotros", cuentan desde esta asociación, que solo tienen cinco miembros, pero cuenta con la colaboración del Ayuntamiento y otras instituciones y una treintena de voluntarios para el museo de la colegiata de Santa María.

Después de la misa que se celebró al mediodía al aire libre y la tradicional bendición de los campos, la parte más religiosa de este día dejó paso a la más festiva, en la que las cuadrillas de amigos y familias se distribuyeron por el entorno de la ermita y el río Ribota y las numerosas torres que hay en los alrededores.

Tal y como detalla Calmarza, cada año, muchos jóvenes llegan el día de antes y acampan en el entorno de la ermita. Antiguamente, esta romería se celebraba el 3 de mayo, día de la Cruz de Mayo, pero se adelantó. A la fiesta en el campo, también se suman los sindicatos aprovechando la celebración del Día del Trabajo.

Jornada de convivencia

Desde los municipios de Luna, Erla y Valpalmas pero también de Sierra de Luna, Las Pedrosas, El Frago, Piedratajada o Ejea y sus pueblos. Ayer la ermita de Monlora acogió a cientos de personas llegadas desde una buena parte de la comarca de Cinco Villas y de poblaciones próximas en una de las citas más tradicionales del calendario mariano.

"Es un día importante de encuentro y convivencia en el que nos reunimos más de 2.000 personas", apunta Jesús Sanz, el presidente de la Hermandad de Monlora, propietaria del enclave y constituida por 1.100 cofrades. Esta se ocupa del mantenimiento y conservación del santuario.

"En los últimos meses hemos acabado de asfaltar la explanada del santuario y hemos limpiado los pinos que amenazaban con caerse" señala Sanz. Además se ha arreglado el campanario, se ha colocado una escultura y se ha realizado la pintura mural de una capilla. Pero la principal novedad fue la bendición del nuevo manto que lucía la Virgen. "Es el manto que se presta cuando nos lo piden para un enfermo o un difunto. Muchas personas de la zona lo solicitan como auxilio y sustituirá a los dos que teníamos que estaban bastante deteriorados", concluye el presidente de la hermandad.