Emotiva y multitudinaria despedida al sacerdote de Vera y de San Miguel en Tarazona

La iglesia en la que oficiaba Jacinto Sanz se quedó pequeña para dar cabida a los vecinos de toda la comarca que acudieron a despedirlo.

La cofradía del Santo Cristo de los Afligidos hizo pasillo al féretro tras la ceremonia, tocando la salve.
Emotiva y multitudinaria despedida al sacerdote de Vera y de San Miguel en Tarazona
N. B.

Tal y como se preveía, el funeral por Jacinto Sanz Bonel fue multitudinario. La iglesia de San Miguel Arcángel de Tarazona se quedó pequeña para despedir al que era su párroco, y también de Vera de Moncayo y del monasterio de Veruela.

El sacerdote falleció el martes por un infarto. El ataque al corazón le sorprendió conduciendo en la carretera N-122 mientras se dirigía a Vera a oficiar misa en la residencia. Debido al infarto, perdió el control de su vehículo que se salió de la vía, sin que se viese implicado ningún otro automóvil.

El obispo de la diócesis de Tarazona, Eusebio Hernández, ofició la ceremonia a la que acudieron más de cuarenta sacerdotes y que contó con la participación de la Coral Turiasonense. La iglesia estaba llena media hora antes del inicio de la misa y también la plaza, ya que se instaló megafonía y se colocaron sillas en el exterior para poder seguir la eucaristía.

El féretro entró cubierto con el estandarte de su cofradía, y durante la misa le pusieron también su casulla y su estola de sacerdote. "Su repentina muerte nos ha conmocionado a todos, dejando un vacío enorme y una profunda tristeza. Era un sacerdote sencillo, sumamente cercano, amable, acogedor con toda persona que llamase a su puerta, amante de sus vecinos, de su tierra aragonesa… era un hombre querido por todos porque se hizo querer con su vida entregada a todos", dijo en la homilía el obispo.

En la ceremonia hubo generaciones enteras de familias a las que el sacerdote había casado, bautizado o comulgado. Se vieron muchas lágrimas entre los asistentes, sobre todo a la salida de la iglesia cuando la banda de la cofradía del Santo Cristo de los Afligidos hizo pasillo al féretro mientras tocaba la Salve. "Ha sido un batacazo increíble, no tenemos palabras para decir cómo nos encontramos, era una persona emblemática y deja un montón de amigos", dijo Mario Perales, hermano mayor de esta hermandad de la que era consiliario Jacinto Sanz.

La comitiva del funeral se trasladó después a El Buste, su pueblo natal, para enterrarle en el cementerio. "Era querido por todos, se hacía querer y se siente mucho su pérdida", aseguró el alcalde de este municipio, José Ángel Villalba.

Jacinto es para muchos una figura insustituible, que deja un hueco difícil de llenar, sobre todo en San Miguel, donde su recuerdo permanecerá en el barrio.

Gracias al empeño de su párroco, la iglesia recuperó gran parte de su esplendor tras unas tareas de restauración que dejaron al descubierto unas pinturas murales del siglo XVI. Será sólo una pequeña parte de la huella que deja Jacinto Sanz.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión