La Audiencia Provincial decidió condenar ayer a seis meses de prisión a Sergio B. L. por vender las joyas que una clienta le había dejado en su establecimiento para reparar y quedarse con el dinero obtenido. La Fiscalía pedía una pena mayor, pero al reconocer el joyero los hechos y devolver la cantidad de la que se había apropiado aceptó un acuerdo que evitará su entrada en prisión. De hecho, el presidente del tribunal le informó de que el tribunal concederá la suspensión de condena (con la condición de que no vuelva a delinquir en los dos próximos años).

El acusado alegaba en su defensa que no fue él quien atendió a esta clienta y que no sabía que las piezas vendidas eran de su propiedad. Según este, las joyas de la mujer estaban en el taller fuera del sobre identificativo, por lo que se mezclaron por error con otras que sí pertenecían al establecimiento. Al parecer, este se enteró de lo ocurrido cuando la Policía acudió al local a preguntar por las piezas extraviadas.