Un recorrido por los cruceros de ayer y de hoy

Una publicación recopila más de un centenar de estas sencillas construcciones arquitectónicas que siguen en pie, con dibujos de algunas que ya han desaparecido.

Participantes en una actividad senderista impulsada por la comarca.
Un recorrido por los cruceros de ayer y de hoy
RIBERA ALTA DEL EBRO

Mi estudio pretende dignificar la presencia de estas modestas construcciones. He querido que sean conocidas por los que, como yo, sueñan con recuperar las que se han perdido, restaurar las que aguantan deterioradas y mantener el recuerdo de todas ellas". El ejeano José Ramón Gaspar acaba de presentar el libro ‘Cruces, cruceros y peirones en las Cinco Villas de Aragón’, editado por la Institución Fernando el Católico, a través del Centro de Estudios de las Cinco Villas.

El trabajo recoge la paciente labor realizada a lo largo de diez años para recopilar el centenar de cruces, cruceros y peirones que hoy en día se mantienen en espacios públicos en toda la comarca zaragozana.

En sus 160 páginas presenta sus fotografías así como siete dibujos realizados por el investigador Rafael Margalé de las cruces ya desaparecidas.

"Tuve la suerte de que un especialista en esta materia, como Margalé, que ha estudiado todos estos monumentos en Aragón, conociera un artículo que publiqué en mi blog (Cincovillas.com) y me facilitara los nombres que debía atribuir a cada uno de aquellos elementos de piedra, que por su tipología, debían ser considerados como cruceros o cruces de término", apunta. En este sentido, agradece que fueran "sus conocimientos en esta materia los que me despertaron gran interés por conocerlos uno a uno, e identificar cada una de sus características constructivas, históricas y su situación".

Al mismo tiempo, Gaspar lamenta el desconocimiento existente al respecto de estas modestas piezas arquitectónicas, que en ocasiones pasan desapercibidas para la mayoría de los vecinos de nuestros pueblos.

El paso del tiempo, el trazado de nuevas calles o la construcción de carreteras han supuesto la desaparición o el traslado de algunas de estas construcciones al interior del casco urbano de las poblaciones, como ocurre en Sos del Rey Católico. "Muchos de ellos se han perdido o se han trasladado. En Ejea el barrio de la Llana tenía las tres cruces de piedra de un Calvario de 1700. Se quitaron en su día por la ampliación de calles y se guardaron, pero ahora, la Agrupación de Cofradías de Semana Santa ha promovido su restauración y se han colocado en una zona ajardinada del cementerio de la villa. Era una lástima guardar recogido un Bien de Interés Cultural, catalogado por el Gobierno de Aragón", apunta.

Algunos ayuntamientos han impulsado iniciativas para recuperar sus cruces: "Luesia ha restaurado recientemente la Cruz de San Severo de los siglos XV-XVI, probablemente la más antigua de las que se conservan, como también se hizo en Ardisa y Undués-Pintano". Luna destaca por conservar cinco de sus ocho cruceros. "Peirones, propiamente dichos, como los existentes en otras comarcas aragonesas, con su hornacina donde prevalece la imagen de un santo o una cruz, tan solo hemos conocido en cuatro poblaciones de esta comarca de Cinco Villas: Farasdués, Valpalmas, Piedratajada y el conjunto de Tauste".

Terminología

Según explica este investigador, además de los peirones, cuya seña de identidad es la hornacina destinada a albergar la figura de un santo, rematada por una cubierta y una cruz, existe la cruz (similar a esta construcción pero que carece de capilla) y la cruz de término o crucero, caracterizado por su presencia en una población o en una intersección de caminos.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión