El Parador de Veruela podría abrir por fin sus puertas en el primer semestre de 2017

Los trabajos en el interior del edificio ya han concluido y se están ultimando las obras del parquin y de la urbanización.

Los trabajos para el parquin subterráneo que se desarrollan en la explanada exterior han llegado a su última fase.
El Parador de Veruela podría abrir por fin sus puertas en el primer semestre de 2017
Nora Bermejo

Los trabajos en el exterior del Monasterio de Veruela para ultimar el parquin subterráneo continúan con la mirada puesta en el primer semestre de 2017, el último plazo que ha dado el Ministerio de Turismo para abrir las puertas del nuevo parador que se está construyendo en el recinto barroco de este monumento zaragozano, ubicado en Vera de Moncayo.


Fuentes de Turespaña (Instituto de Turismo de España) confirmaron esta semana que las obras están en "la última fase". Tal y como indicaron, se están finalizando los trabajos complementarios del aparcamiento subterráneo, que se adjudicó a finales de octubre de 2015. El presupuesto de la actuación era de 1,44 millones y el plazo de ejecución, de un año. La idea es que las obras se prolonguen todavía, al menos, dos meses más.


También se está actuando, tal y como explicaron, en la urbanización complementaria. "Estamos trabajando –afirmaron desde Turespaña– para que la apertura se pueda producir en los primeros meses de 2017". Sin embargo, no concretaron la fecha exacta porque, según añadieron, "al margen de las obras existen trámites y actuaciones complementarias" que ya se están también realizando de forma paralela a la construcción.


El edificio ya se ha terminado. El recinto que albergará el futuro parador será el monasterio barroco, del siglo XVII, donde se ubican las casi cien celdas en las que vivían los religiosos.


En 2004 se comenzó a hablar de la transformación de parte del Monasterio de Veruela en establecimiento hotelero, incluido en la red de paradores. Un año más tarde, este sueño comenzó a tomar forma al ser incluida su construcción en el plan de inversiones para el periodo 2005-2008. Entonces se adelantó que el edificio podría estar listo para la Exposición Internacional de Zaragoza, una fecha que, sin embargo, se fue retrasando de forma paulatina. En julio de 2008, con Marcelino Iglesias como presidente del Gobierno de Aragón, se dio el pistoletazo de salida de unas ambiciosas obras, que entonces tenían como fecha de finalización el año 2011, y que suponían un hito en el desarrollo económico y turístico de la comarca.

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