Las incineraciones superan desde hace una década a los enterramientos y se registran 3.000 al año

Según los sociólogos, esta tendencia responde a la flexibilidad cultural y religiosa y a la individualización.

Evolución de las cremaciones y las inhumaciones
Las incineraciones superan desde hace una década a los enterramientos y se registran 3.000 al año
Ayuntamiento de Zaragoza/Heraldo

El cambio de tendencia está consolidado. Se cumplen diez años consecutivos en los que el cementerio de Torrero de Zaragoza registra más incineraciones que inhumaciones. Los zaragozanos han cambiado sus preferencias para el descanso eterno, pero, según apuntan desde la Universidad de Zaragoza, esta modificación de las costumbres responde a una tendencia general. Hasta octubre, 2.240 difuntos han sido incinerados en Torrero. La media de los últimos años ronda las 3.000 operaciones.


Según el profesor emérito de Sociología del campus público, Enrique Gastón, "en materia de enterramientos se nota una tendencia a la flexibilidad y la libertad cultural y religiosa". "Desde la Prehistoria, las normas eran muy estrictas, los ritos eran comunes y hoy en día conviven, más o menos en el mismo lugar, enterramientos cristianos, árabes y de distintos ritos", explicó el sociólogo.Más alternativas

Al parecer, se ha roto la respuesta monolítica que habitualmente se daba a la hora de afrontar el enterramiento de un ser querido. "Además de que dentro del sistema clásico de enterramiento hay variedad –porque hay quienes prefieren los nichos individuales, otros los colectivos, los hay más ostentosos o más sencillos–, se ha roto la respuesta monolítica al enterramiento y se adoptan nuevas alternativas", incidía Gastón.


Todo ello, afirmó, "es un síntoma de integración cultural" de las sociedades actuales, y también puede explicarse por "el proceso de mayor individualización" que se está detectando. Aun así, recuerdan desde la Universidad y desde la Asociación Aragonesa de Sociología, "en la Comunidad no hay ninguna investigación específica que explique empíricamente las causas de este cambio en las preferencias de enterramiento".


Los registros del cementerio de Torrero confirman en cualquier caso la tendencia. Y aunque no se cuente con explicaciones profundas sobre por qué han cambiado las motivaciones de la ciudadanía, el porcentaje de incineraciones frente al de inhumaciones es superior desde 2007.


En ese año, apenas 60 casos dibujaron el punto de inflexión. En los primeros datos facilitados por el Ayuntamiento de Zaragoza, relativos al año 1980, las inhumaciones suponían el 99,62%, y tan solo se realizaron 15 incineraciones de un total de casi 4.000 difuntos que pasaron por las instalaciones públicas de Torrero. Desde entonces, el aumento de las cremaciones ha sido paulatino, de alrededor de un 3% anual, pero constante. En 1991 se superó el 10% de incineraciones; en 1995, el 20%, y con la entrada del siglo XXI, las cremaciones superaron el tercio de las operaciones realizadas en el cementerio de Torrero.


El martes pasado, el Vaticano recordó a sus fieles que la Iglesia prefiere los enterramientos a las incineraciones, y prohibió que las cenizas de los difuntos puedan tenerse en casa, repartirse entre familiares o esparcirse en la naturaleza "para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista". El objetivo es que los difuntos descansen "en un lugar sagrado".


El profesor emérito de la Universidad de Zaragoza recordó, por otro lado, que "gracias a que la gente enterraba a sus muertos podemos tener una información muy grande de la historia de la humanidad". Por eso, si se apuesta por la incineración, afirmó, "se renuncia a dejar información de nuestra Comunidad a las generaciones futuras".

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