Cárcel para la mujer que arruinó a un matrimonio fingiendo un cáncer

El tribunal impone tres años de prisión a la vecina de Alagón, que tendrá que devolver 237.537 euros a la pareja a la que engañó.

En una muestra de infinita humanidad y movidos por el deseo de salvar la vida a una persona que decía estar afectada por un tumor cerebral, Ovidio y Libertad confiaron los ahorros de toda su vida a una vecina de Alagón llamada Laura. El generoso matrimonio zaragozano ignoraba entonces que estaba siendo víctima de una estafa que les llevaría a la ruina, puesto que la mujer –que en realidad se llamaba Antonia Ibáñez Horta– no solo no estaba enferma, sino que tenía pensado invertir en bingos y tragaperras gran parte de los 237.537 euros que le entregaron para someterse a un tratamiento en Houston (Estados Unidos) . La pareja tardó seis años y medio en destapar el engaño, pero finalmente lo hizo y denunció a la timadora, a la que la Audiencia de Zaragoza acaba de condenar a tres años y medio de prisión y a devolver todo el dinero del que se apropió.


Como recuerda en su sentencia el tribunal de la Sección Primera, el matrimonio confió ciegamente en la acusada porque fue un hermano de Ovidio quien se la presentó a finales de 2008 como "una buena amiga". La pareja pensaba además que podría recuperar el préstamo, puesto que la mujer les dijo que iba a vender un piso que tenía en el Actur y utilizaría el dinero para saldar la deuda. Sin embargo, también esto último era mentira y los confiados denunciantes llegaron a verse en la necesidad de pedir ayuda a su familia para poder comer.

Nunca pensó en devolver nada


"La acusada no tuvo en ningún momento el propósito de devolver ni, en una mínima parte, el dinero prestado, como lo demuestra el conjunto de falsedades vertidas desde el 1 de enero de 2009 hasta el 22 de abril de 2015 (periodo en el que la pareja estuvo transfiriéndole elevadas cantidades a su cuenta bancaria)", explica el tribunal.Y aunque la mujer aseguró durante el juicio que nunca pidió dinero a la pareja y que fue esta la que voluntariamente se lo dio, los magistrados no le creen. "Resulta increíble que la encausada no dijera nunca nada para convencer a los denunciantes de que hicieran sucesivas e importantes remesas de dinero a su favor", dicen. "Su versión de los hechos es antológicamente imposible –añaden–, porque nadie presta dinero a nadie (sin garantías de clase alguna) para gastarlo, en buena parte, o perderlo en actividades lúdicas. Solo motivos tan graves (como falsos) de una grave enfermedad (que nunca tuvo) pueden explicar el comportamiento de los ahora denunciantes".


La vecina de Alagón reconoció que le habían transferido dinero, pero en una cantidad muy inferior a la que decía haberle prestado el matrimonio. A este respecto, la Audiencia Provincial no ha tenido problemas en reconocer que el montante total ascendía a 237.537 euros, puesto que así ha quedado acreditado en la prueba documental.


Como el marido de la acusada figura como titular en la cuenta en la que esta recibía las transferencias, la Fiscalía y la acusación particular –ejercida por el letrado Rafael Muñoz– pretendían que José Ignacio F.S. fuera declarado responsable civil subsidiario. Sin embargo, para el tribunal, ninguna prueba existe de que este obtuviera algún lucro de la reprochable conducta de su esposa, por lo que le absuelve.

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