El recuerdo de la Dolores conquista Calatayud

Los bilbilitanos recrean la figura de este célebre personaje por primera vez a lo largo de todo el fin de semana.

La actriz Adriana Ruiz, ayer, durante la representación de la obra 'Vicente de la Fuente: Cartas'.
El recuerdo de la Dolores conquista Calatayud
MACIPE

El centro del casco antiguo de Calatayud viajó ayer en el tiempo, hasta el siglo XIX. La plaza sobre la que giraba toda la actividad del municipio en antaño se transformó de nuevo en un gran mercado. Un lugar en el que los agricultores vendían sus frutas y hortalizas, los artesanos mostraban su habilidad y su técnica con los mimbres fabricando cestas y los comerciantes sacaban a relucir toda su mercancía fresca para atraer a los clientes. 


En un ambiente similar, que una veintena de asociaciones intentan recrear a lo largo de todo el fin de semana, vivió Dolores Peinador Narvión. Esta bilbilitana, que procedía de una acaudalada familia, inspiró la copla anónima que José Feliú y Codina escuchó a un ciego en la estación del tren de Binéfar, cuando se dirigía desde Barcelona a Madrid. Este escritor y dramaturgo entremezcó la ficción con la vida de quien para el pueblo ya era Dolores, y creó el drama al que después pondría música el comporsitor Tomás Bretón.


La ópera con su nombre se estrenó en año 1.895, en el teatro de la Zarzuela. Esta joven guapa, alegre y buena ya se había hecho universal y era la protagonista de un enorme patrimonio cultural, como recuerda el escritor Antonio Sánchez Portero, que a finales de los años 80 comenzó a difundir publicaciones sobre esta celebridad bilbilitana. Sin embargo, mencionarla en su ciudad nunca ha sido motivo de orgullo precisamente, más bien de chanza y de burla.


La copla -que se hizo también jota y pasodoble- decía que Dolores Peinador era amiga de hacer favores y de diversiones, y asi fue recogido hasta hace unos pocos años. Ahora, preguntar por la Dolores no solo no es motivo de conflicto, sino que se pretende aprovechar su fama mundial para promocionar otros atractivos de interés turístico que atesora Calatayud.

Fin de semana diferente

Es lo que ha querido conseguir una asociación cultural del municipio que lleva su nombre y que gestiona el museo de la hospedería, antigua posada en la que sirvió Peinador Narvión. El año pasado, el grupo juvenil El Juglar teatralizó su verdadera historia. Paso a paso, la Dolores ha dejado de ser un tema tabú para convertirse en una figura que se está reivindicando en las primeras jornadas de recreación histórica sobre su figura, en la que también se divulga la relevancia que tuvo Calatayud en ese siglo XIX. Sainetes, pasacalles, rondas joteras, exposiciones, exhibiciones de mantones y trajes regionales. Los bilbilitanos disfrutan de un fin de semana diferente, con distintas actividades programadas tanto por la mañana como por la tarde.


En esa época, Calatayud llegó a ser una cuarta provincia en Aragón. Se construyó la estación de ferrocarril y se convirtió en el centro de un eje de comunicaciones. Surgieron las industrias harineras y azucareras. Esa actividad y las transformaciones sociales, políticas y económicas fueron relatadas en ocho periódicos locales distintos. El concejal de cultura del Ayuntamiento, José Manuel Gimeno, dijo que esta celebración se vertebra sobre el «rigor histórico». El movimiento asociativo cultural del municipio se ha implicado para que este proyecto que acaba de estrenarse se mantenga y crezca.


Vestidos con trajes regionales de faena o engalanando terrazas y balcones, son muchos los vecinos que han querido participar en este fin de semana tan lúdico y cultural que ayer conmemoró a personajes ilustres como al escritor y alcalde Blas y Ubide o al historiador Vicente de la Fuente. Para hoy, está previsto que los miembros de la Cofradía de San Pascual Bailón, demuestren como hacían su trabajo y por la tarde se representará cuando se desmochó ne 1.840 la torre de la iglesia de San Pedro de los Francos.

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