La huelga más larga de la historia del bus urbano sigue teniendo su efecto en el servicio. Según los datos facilitados ayer por el Ayuntamiento, durante estos últimos meses aún se sigue registrando un nivel de usuarios un 5% por debajo de los que había hace un año, a pesar de que ya han pasado más de cuatro meses desde el final de la huelga. En una contestación a una interpelación del PSOE, la responsable de Movilidad, Teresa Artigas, dijo que en marzo –aún con huelga– el número de clientes cayó un 21%, que en mayo ese porcentaje fue del 8% y que durante los meses de verano se ha quedado en un 5%. Artigas dijo que "hay que seguir trabajando para recuperar la confianza de los usuarios".

Además, llamó la atención sobre las consecuencias económicas de esta circunstancia. Durante la huelga, el Ayuntamiento se ahorró 4 millones de euros, que son los que pagará de menos a Auzsa por el inferior número de kilómetros que recorrieron los autobuses durante los paros. Sin embargo, de ese ahorro hay que descontar la cantidad de menos que va a ingresar el Ayuntamiento por la pérdida de usuarios, ya que a menos clientes, más tiene que pagar el Consistorio a Auzsa para compensar el déficit del servicio. Según Artigas, ya se ha sufrido una pérdida de recaudación de 3,5 millones de euros, por lo que apenas quedaría medio millón para las mejoras a aplicar en la red de autobuses. Recordó que se están devolviendo el coste de los abonados afectados durante la huelga, y que se están instalando 50 postes de información oral.

La concejala socialista Lola Ranera dijo que en el tema de las mejoras "el gobierno ha pasado de los grupos políticos", que ha tomado las decisiones "unilateralmente" y que no han podido participar en la elección de inversiones.