​El auto-almacenamiento, solución y negocio al alza

Los centros dedicados al alquiler de espacios de almacenamiento temporal se consolidan en Zaragoza.

Su nicho de mercado no es nada excluyente: desde el dueño de la bicicleta que duerme cada día en su terraza, hasta la empresa que necesita un espacio extra para almacenar sus productos, pasando por quien no tiene dónde resguardar sus muebles durante una mudanza o reforma, o dónde recoger los juguetes o la ropa que han dejado de usar los más pequeños. Las compañías dedicadas a ofrecer espacios de almacenamiento temporal como trasteros, almacenes, guardamuebles o taquillas conciben este amplio abanico de clientes potenciales como una oportunidad para el crecimiento de sus negocios.


“Todo el mundo es susceptible de necesitar un trastero”, afirma Ignacio Martínez Úñez, director financiero y de marketing de la empresa zaragozana Guardatodo, que cuenta con el edificio más grande de España dedicado al llamado ‘self-storage’, con más de 18.000 metros cuadrados entre sus dos centros. El primero, situado en Cogullada, posee aproximadamente 2.000 espacios de almacenamiento; y el segundo, ubicado en el entorno del Paseo de Sagasta desde mayo, tiene unos 400.

Guardatodo nació en 2006 y hoy cifra en 7.000 su número de clientes –un 60% son particulares y un 40%, empresas-, que contratan desde taquillas con unas dimensiones de menos de un metro para guardar una maleta, a espacios de 50 metros para almacenar material y mercancías.


Entre ese segundo tipo de usuarios, los autónomos y las pequeñas empresas son actualmente los principales protagonistas del aumento de la demanda de estos servicios, destacando los negocios de reciente creación dedicados a la venta de productos ‘online’. “Han surgido bastantes empresas dedicadas a este tipo de comercio a pequeña escala, e incluso compañías dedicadas únicamente al reparto de paquetería que tienen aquí su almacén”, detalla Martínez, quien también expone que la crisis se ha dejado notar en un sector “muy estable” en cuanto a facturación.


Además del propio espacio, los centros de auto-almacenamiento como este, dedicados al alquiler de trasteros, ofrecen servicios de limpieza, seguridad, accesibilidad total, vigilancia durante las 24 horas del día, sistemas de detección de incendios y parquin privado, así como otros complementarios como la existencia de seguros multirriesgo o la disponibilidad de furgonetas gratuitas para los traslados de los clientes.

“Nosotros somos el ‘guardatodo’ y así nos conocen. La gente ya sabe que no ofrecemos un trastero al uso, sino espacios con un valor añadido a los que los usuarios pueden acceder directamente con el coche, en los que se realiza la recepción de mercancías de los clientes, y que se caracterizan por la flexibilidad en el contrato”, cuenta el responsable de la empresa zaragozana.Un mercado con posibilidades

Este negocio familiar es uno de los socios de la Asociación Española de Self Storage. Según los datos de este colectivo, en enero de 2016, el sector superó los 300 centros en España, con unos 160 operadores en el país. “Han incrementado tanto el número de nuevos operadores que invierten en superficies como aquellos que amplían sus centros con segundas plantas o espacios anexos”, señala Carles Viladecans, gerente de la AESS. El índice de penetración de los países nórdicos, en metros por habitante, duplica al español, siendo España el cuarto país europeo con más número de centros de ‘self-storage’.


Desde la agrupación apuntan que, además de ser un tema de aceptación cultural, la inversión en este sector es costosa y, por ello, la mayoría de empresas comienzan su andadura con la apertura de una superficie media de 500 metros, que amplían, si es posible, en función de la demanda. Aquí, el mercado está “muy diseminado pero en pleno proceso de maduración, por lo que tiene muchas posibilidades de crecimiento. Se ha confirmado que es un negocio y ya no se piensa en sacar rédito a un almacén, sino en abrir nuevos centros analizando las localizaciones ideales”, cuenta Viladecans. Además, existe una normativa bastante restrictiva que este tipo de centros deben cumplir y que “puede dificultar la localización del espacio idóneo y económicamente viable”.


Alquila tu espacio es otro de los operadores aragoneses que apostó por el sector hace ocho años y cuya oferta también la componen trasteros, guardamuebles, almacenes y taquillas, además de servicios de mudanza. En un edificio de 6.000 metros cuadrados con más de 500 trasteros, situado en la Carretera Cogullada, ofrece una solución “práctica, flexible y económica”. Porque el precio es uno de los aspectos más valorados por los clientes “en relación al servicio ofrecido”, señala Vanesa Mascarón, responsable comercial de la empresa.


Su espacio más barato cuesta 3,25 euros al mes y el precio va creciendo en función del tamaño, el tipo de trastero o la estancia. “Se trata de un cantidad competitiva porque incluye servicios como una alarma individual, vídeo vigilancia, seguros, control de plagas, etc., Además, la atención personalizada, el asesoramiento y la recepción de mercancías también son muy apreciados por el usuario”, cuenta Mascarón.


Desde Alquila tu espacio se definen como un centro logístico que da servicio, con una mínima estancia también de 15 días, a todo tipo de clientes, desde “un particular que necesita guardar sus cajas de libros a una gran empresa que recibe y almacena contenedores de mercancía”. Sus taquillas más pequeñas poseen un volumen de un metro cúbico y existen espacios de hasta 60 dimensiones distintas entre los que elegir. La demanda de sus servicios es “muy estable”, según la representante de la empresa ubicada en Zaragoza.Refugio de esquís, palos de golf y bicicletas

Un concepto de negocio algo diferente es el de la empresa Cubbe, que ofrece desde 2014 un espacio extra a aquellas personas o entidades que necesitan un trastero en el centro de Zaragoza. A su local de alquiler de la calle Santa Inés –en el que invirtieron 300.000 euros y que cuenta con 236 módulos- se ha unido recientemente uno nuevo en el barrio Delicias, con 56 trasteros. En ellos, esta joven empresa ofrece taquillas, mini almacenes y almacenes de varios tamaños, aunque “los que más éxito tienen son los de 2 y 3 metros cuadrados, cuyo precio ronda los 50 euros, con los servicios incluidos de acceso con vehículo, alarmas, limpieza, sistemas de detección de humo, seguros…”, detalla Fernando Rodrigo, director de Cubbe.


Desde la compañía aseguran que uno de sus perfiles de cliente más habitual es el de los usuarios con aficiones deportivas como el ciclismo, el esquí, el kayak o el golf, que guardan en estos módulos sus bicicletas, sus esquís, sus piraguas o sus palos “directamente cuando regresan de practicar deporte”. Rodrigo apunta que la mayoría de los clientes utilizan estas unidades de almacenamiento como una extensión de sus viviendas y explica que, desde comienzos de este año, la ocupación es completa y la rotación de usuarios, baja. “Lo que más valoran es la limpieza y la seguridad, Al final, estos espacios pueden servir para almacenar cualquier cosa valiosa que molesta en casa”, argumenta.


El objetivo de los responsables de Cubbe –que están gestionando una nueva licencia para ampliar su centro de la calle Santa Inés- es instalar estos locales en diferentes puntos de la ciudad para tratar de captar al cliente del entorno más próximo. “Pretendemos ir poco a poco, buscando ubicaciones en áreas urbanísticamente maduras donde haya una carencia de este servicio, por ejemplo, porque sus viviendas no cuentan con trasteros o párquines”, cuentan, al tiempo que apuntan que cuando realizaron el estudio de mercado, entendieron que existía un hueco para comercializar trasteros de cariz más urbano y especialmente dirigidos a particulares.


Sus cifras de facturación se sitúan en torno a los 100.000 euros anuales. “Los márgenes en este negocio son muy estrechos en Zaragoza, pues el servicio es muy sensible al precio”, concluye Fernando Rodrigo.

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