Acusan a un hombre de abusos sexuales a una niña de 10 años
El acusado niega los hechos pero el fiscal y la familia de la víctima piden para él penas de hasta tres años de prisión.
Josué Vinicio M. B. fue juzgado ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza como presunto autor de un delito de abusos sexuales a una niña de diez años. El hombre negó las acusaciones, pero la pequeña, con seguridad y aplomo, volvió a relatar ante el tribunal lo que le pasó.
Los hechos se produjeron en mayo de 2015 en casa del propio acusado. Josué Vinicio M. B. y su mujer habían quedado con la madre de la niña y su pareja para pasar la tarde y, tras tomar cervezas en un bar, se fueron al domicilio del encausado para terminar la velada. Al hacerse tarde, tanto la pequeña como el hijo de 9 años del acusado se fueron a un dormitorio a ver la televisión y descansar. En un momento de la noche, Josué Vinicio M. B. dijo que iba al baño pero entró al cuarto su hijo ya se había dormido, se sentó sobre la cama y comenzó a acariciar a la niña en una pierna y en el pecho.
"Yo le pegué en una mano para que se estuviera quieto", relató la menor. Durante la instrucción del caso, la pequeña llegó a decir tanto a la Policía como a la psicóloga que también se bajó la bragueta y se sacó el pene, pero ayer dijo que concretamente esto no lo recordaba. Los tocamientos cesaron cuando la esposa del acusado entró al cuarto. El hombre se levantó rápidamente y, al preguntarle, dijo que estaba arropando a los niños. Ayer reiteró esta declaración y señaló que, aunque había bebido mucho, estaba seguro de que no había hecho nada.
Poco después, la menor se marchó con su madre a casa. Esa noche no dijo nada, pero al día siguiente relató lo que le había pasado. "Fuimos a pedir explicaciones a Josué Vinicio y a su mujer. Él me dijo que le perdonara, que no había querido hacer daño a la niña y su esposa le pegó", narró la madre. Luego, la llevó al hospital, donde fue examinada.
Durante dos meses tuvo seguimiento psicológico, pero no le han quedado secuelas. El fiscal pide por estos hechos dos años de cárcel y 750 euros de indemnización, mientras que el letrado Ricardo Pina, en nombre de la víctima, solicita tres años de prisión y 3.000 euros. La defensa, a cargo de María Ángeles Lillo, reclama la absolución.
