Cuando convocaron los paros, ¿pensaba que podríamos estar ante la huelga más larga de la historia del autobús urbano?

Sinceramente no, en ningún momento. Pero la empresa se siente cómoda y no quiere firmar el convenio. Por cada paso que damos de acercamiento, la empresa da uno de distanciamiento.

¿Y el comité ha sido flexible?

Sí. Lo digo contundentemente. Teníamos el mandato de los trabajadores de recuperar la bajada de sueldo que sufrimos. Hemos cedido y hemos condonado a la empresa los atrasos que tenía que habernos pagado, que son más de 3 millones de euros.

¿Cómo explican a la opinión pública que no se conforman con la subida del 4% que les ofrecen?

La opinión pública está desconcertada por la dimensión del conflicto. Los usuarios, que son trabajadores, saben que tenemos razón y nos lo dicen. Otra cosa es que la huelga genere crispación. No estamos pidiendo la luna. Se están firmando convenios con incrementos mucho más altos.

¿Qué contestarían a quienes dicen que los conductores del bus son unos privilegiados?

Se quiere dar esa imagen, pero no es así. Un conductor puede cobrar 29.000 euros brutos al año, pero hablamos de trabajadores que están disponibles los 365 días del año, que llevamos búhos cuando todo el mundo está de fiesta, en el Pilar, en Navidad, en Nochevieja... El sistema capitalista nos quiere convencer de que hemos nacido para trabajar, cuando en realidad creo que hemos nacido para vivir.

¿Entiende el enfado de la gente?

No están enfadados con los trabajadores. Los usuarios tienen sentimientos y los expresan hacia nosotros porque somos la cara de la empresa. Nos gustaría que el equipo directivo llevara autobuses, a ver qué les dirían los ciudadanos.

¿No es injusto que los viajeros paguen el conflicto laboral? ¿No se puede negociar sin huelga?

Durante más de un año de negociación, la empresa no nos dio ni un documento por escrito, y en huelga hemos tenido cinco. La empresa y el Ayuntamiento se han empezado a mover con la huelga.

Llevamos casi cuatro meses. ¿Puede asegurar que no durará cuatro meses más?

No quiero pensar en cuatro meses más de huelga, sería un auténtico fracaso político.

¿No lo ha sido ya?

El Ayuntamiento no ha actuado como habría que hacerlo. Si Auzsa se sale con la suya, mañana serán FCC u otras multinacionales.

¿Qué parte de culpa tendría el comité en ese fracaso?

La parte de culpa de los trabajadores es que tenemos dignidad. No queremos sentirnos robados.