El juez se niega a que los hijos de un maltratador deban visitarle en prisión

Le retira también la patria potestad sobre los menores, de 6 y 5 años, con los que tampoco podrá hablar por teléfono.

Los hijos de Omar Serrano Giménez no tendrán que acudir mensualmente a visitarle a la prisión de Zuera, donde cumple una condena de cuatro años por maltratar de forma continuada a su pareja y madre de los niños (de 6 y 5 años). Así lo ha dispuesto el titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Zaragoza, al que el maltratador pidió hace unos días que le mantuviera el régimen de visitas del que disfrutaba antes de ingresar en la cárcel.


El padre de los menores fue condenado a once años de prisión por las continuas agresiones a las que sometía a su pareja, a la que propinaba patadas y puñetazos, apaleaba con el mango de la fregona y llegó a quemar con una rasera al rojo vivo.Sin embargo, su abogado, José Cabrejas, recurrió el fallo y la Audiencia Provincial rebajó en febrero la pena a cuatro años. La víctima pidió en el juicio que se retirara al acusado la patria potestad sobre los menores. Pero la magistrada que dictó la primera sentencia decidió no hacerlo, basándose en que el hombre nunca había ejercido violencia sobre los niños.


Durante la vista celebrada a comienzos de mes para revisar la situación familiar, y dado que Omar Serrano había ingresado ya en prisión, la madre de los niños no solo se opuso a que estos fueron obligados a ver a su padre en Zuera, sino que también aprovechó para volver a pedir que se le otorgara la patria potestad en exclusiva.Y esta vez su propuesta ha prosperado, puesto que el juez le ha atribuido la guarda y custodia de los chavales y ha suspendido el ejercicio de la autoridad familiar a su expareja.


De lo que no ha eximido al padre es de seguir contribuyendo a la manutención de los hermanos, ya que tendrá que abonar 60 euros mensuales por cada uno de su hijos. Recuerda, además, que esta cantidad se actualizará cada año aplicándole el incremento del IPC.


Según explica el magistrado en su sentencia, "el centro penitenciario no es el lugar más adecuado para que acudan los dos menores". De todas formas, recuerda que, cuando el padre esté en libertad definitiva, podrá volver a solicitar la apertura de un nuevo procedimiento para revisar las medidas.

Ni siquiera por teléfono

Además de las visitas a prisión, el maltratador solicitó hablar por teléfono con sus hijos varias veces por semana. Y tampoco esto lo ha considerado conveniente el magistrado. "Los niños son excesivamente pequeños para mantener una comunicación telefónica, siendo además que les obligaría a estar pendientes del teléfono en unos momentos determinados, lo que puede resultar molesto o tedioso a los menores en el desarrollo de su ritmo diario", indica a través del fallo. No olvida tampoco el juez que existe una prohibición de comunicación entre el hombre y su expareja, "lo que dificultaría enormemente la articulación de esta petición".

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