​El entorno de la catedral de Tarazona, casi listo para su apertura al público

Las obras en la plaza de La Seo de Tarazona, junto a la catedral de Santa María de la Huerta, afrontan los últimos retoques de su fase final. Se espera que antes del fin de semana se retiren las vallas y el espacio quede abierto al público.

Ya se están colocando los bancos en torno a seis árboles, y los jardineros se encuentran rellenando los catorce alcorques donde están plantados los nuevos ejemplares de plataneros. Hubo que sustituir los anteriores ya que los trabajos de renovación del entorno de la catedral, que comenzaron hace casi tres años, les hicieron enfermar. Ahora, todos los árboles están rodeados por una estructura metálica, que protege su tronco de treinta centímetros de grosor.

También el granado está ya plantado a los pies de la catedral, entre los dos pórticos de acceso al templo, como símbolo cristiano de la resurrección, y la fuente está casi lista, al igual que el banco de piedra que la bordea.

Lo que sí está finalizado es la claraboya a través de la cual podrán verse parte de los restos arqueológicos del subsuelo. Un cristal los protege y refleja la inscripción en latín que luce incrustada la forja; una frase del edicto de Milán, que establecía la libertad de religión en el Imperio romano, firmado en el siglo IV por el emperador Constantino y cuya traducción es ‘daremos también a los cristianos y a todos la libertad para seguir la religión que cada uno quiera’.

Si se cumplen las previsiones y este mismo fin de semana se retiran las vallas para dejar el espacio abierto al público, se pondrá fin a unas obras que han transformado por completo el aspecto de la plaza. Empezaron a principios de 2013, pero se fueron retrasando por la aparición de más restos arqueológicos de los previstos inicialmente, lo que obligó a modificar el proyecto y buscar financiación para su finalización.

En esta última fase, el Ayuntamiento de Tarazona ha realizado una inversión de 80.000 euros.