Tras 93 días de huelga, año y medio de diálogo, nueve reuniones en el SAMA y una sesión maratoniana de más de ocho horas, el conflicto del autobús urbano sigue sin solución a la vista.

Después de los avances registrados durante la semana, que hicieron que tanto la empresa como los trabajadores -y el propio Ayuntamiento - fueran optimistas, las negociaciones se rompieron la noche de este viernes, por lo que la huelga se alarga sine die.

Ambas partes pasaron a la otra la responsabilidad del fracaso, y solo coincidieron en una cosa: después de más de tres meses de huelga, la negociación, cuando se reanude, tendrá que empezar otra vez de cero.

Todos los avances registrados, por tanto, quedaron en papel mojado. Y eso que la empresa llegó a aceptar al cien por cien la propuesta que se estaba negociando, la que lanzó el lunes pasado el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje.

Sin embargo, según señalan el comité de empresa en una nota, a pesar de que en un momento el documento presentado por el SAMA era cerrado, finalmente les dijeron que era "abierto". "Nosotros les planeamos que había puntos de encuentro y otros que eran más complicados, pero la empresa se negó a tocar ni una coma y dio por concluida la reunión", recalcan en una nota de prensa. 

En opinión del comité de empresa era imposible aceptar el documento íntegro presentado por el SAMA, ya que "rebajaría los complementos por incapacidad temporal y las primas del seguro por accidentes e invalidez". "En todo lo demás estamos casi de acuerdo", subrayan. 

Asimismo especifican que han celebrado una primera asamblea informativa en cocheras para analizar la ruptura de las negociaciones y que se ha decidido seguir con los paros parciales -entre las 9.00 y las 11.30 y entre las 18.00 y las 20.30- hasta la firma del convenio. 

Este lunes el comité de huelga intentará ponerse en contacto con el Ayuntamiento de Zaragoza para "transmitirle la actual situación en la que se encuentra la negociación".