ZEC destina 10.640 € a estudiar el canal de navegación del Ebro sin aclarar si volverán los barcos

Licita una batimetría pero asegura que no habrá dragado. Artigas se muestra partidaria de "una navegación sostenible".

El Ayuntamiento de Zaragoza acaba de sacar a concurso un contrato menor para hacer una batimetría en el Ebro, exactamente en el tramo que va del embarcadero de la Expo al azud de Vadorrey. Se trata de una análisis de la profundidad del cauce que se concentra en el canal de navegación por el que pasan los catamaranes, si bien fuentes del área de Medio Ambiente aclaran que se trata de un análisis "rutinario, que se hace todos los años por responsabilidad" y que no está en relación con el turismo fluvial.


De hecho, Zaragoza en Común siempre se ha mostrado en contra de la navegación de ocio "si esta requiere un dragado" y apuesta por un "acercamiento sostenible al río", en palabras de la edil Teresa Artigas. El problema es que el contrato del turismo fluvial tiene vigencia hasta 2032 por lo que si finalmente no pudiera haber barcos de recreo en el río el próximo verano habría que buscar una fórmula para compensar a la concesionaria. La empresa que gestiona el servicio –la misma que tiene la concesión del parque de Atracciones y del Acuario de la Expo– pagó casi medio millón de euros a Turismo Ebro Fluvial por hacerse cargo de lo que en su día se dio por llamar ebrobuses.


De momento, el Consistorio quiere ir paso a paso y lo que acaba de licitar son estudios para ver la profundidad del cauce, que confirmarán o no si existe un calado suficiente para el paso de las embarcaciones. El contrato, de la sociedad Zaragoza Desarrollo Expo, toma de referencia el canal de navegación "en una anchura aproximada de 25 y 30 metros" así como la lámina de agua en el puente de Santiago, con los registros históricos de los que dispone la CHE.


Los trabajos salen a concurso por 10.640 euros (8.800 excluido el IVA) y su inicio se estima para el 15 de mayo, "en función del régimen de crecidas del río", que aún tiene que experimentar en las próximas semanas el deshielo y alguna más que probable riada en primavera. Durante cinco días se estarán tomando datos y habrá que conseguir también el visado del colegio oficial de ingenieros topógrafos.


Fuentes municipales insisten en que estos trabajos son "inocuos" y en que "no está previsto ningún dragado" a no ser que sea requerido por cuestiones de seguridad (para el paso de las lanchas de salvamento), petición que este año no se ha producido hasta la fecha. Las batimetrías o mediciones de la profundidad del año pasado revelaron, por ejemplo, que el calado junto al puente de Piedra era mínimo y que a la altura del puente de La Almozara, frente el restaurante Aura, también había problemas de profundidad. De hecho, el año pasado los recorridos del Félix de Azara II se limitaron al espacio comprendido entre el Náutico y la Expo y no pudieron llegar a Vadorrey porque no se despejó el canal de navegación bajo el puente de Piedra.

Recolocación de gravas

En la primavera de 2015 sí que volvieron las máquinas al río y se hizo un pequeño dragado junto a la pasarela del Voluntariado. El Ayuntamiento eufemísticamente lo denominó "trabajos de recolocación de gravas" y reservó 60.000 euros para retirar unos 900 metros cúbicos de piedra (si bien en los años posteriores a la Expo se llegaron a extraer hasta 5.000 metros cúbicos de cantos rodados).


Los grupos ecologistas se han cansado de denunciar estas intervenciones que "dañan y alteran la geomorfología del río y sus ecosistemas" y que ZEC se comprometió a no volver a repetir.

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