La comunidad islámica busca suelo para una gran mezquita tras fracasar su último intento

El Ayuntamiento rechaza su petición de cambiar de uso una parcela entre Valdefierro y Oliver. Quieren invertir unos siete millones en un centro con espacios sociales, educativos, de ocio y de culto.

Varios hombres, ayer, en plena oración, en una mezquita situada en el barrio Oliver de la capital aragonesa.
Varios hombres, ayer, en plena oración, en una mezquita situada en el barrio Oliver de la capital aragonesa.
Asier Alcorta

Los 26.000 musulmanes de la capital aragonesa siguen buscando un lugar apropiado para ejercer el culto, así como para desarrollar actividades educativas, sociales y de ocio. La comunidad islámica de Zaragoza acaba de ver cómo vuelve a fracasar su enésimo intento de desarrollar su proyecto de gran mezquita y centro sociocultural, en el que están dispuestos a invertir unos 7 millones de euros. El Ayuntamiento ha denegado su solicitud de cambiar el uso industrial de una parcela ubicada entre el barrio Oliver y Valdefierro para darle un uso religioso y sociocultural, a pesar de que recientemente sí permitió una modificación similar en Cogullada para la iglesia evangélica de Betel.


La parcela se sitúa entre la carretera de Madrid y la calle de Ariza, junto a la Ronda Oliver, y tiene 8.346 metros cuadrados. La solicitud de cambio de uso recibió el informe negativo de los servicios técnicos de Urbanismo, por lo que todos los grupos municipales votaron en contra. Se trata de un nuevo intento frustrado, que pasa a formar parte de una lista que integraban suelos como los de Puerto Venecia o los del antiguo colegio Lestonnac de Torrero. En este último caso, la comunidad islámica llegó a alcanzar un acuerdo con la Compañía de María para la venta, pero finalmente esta acabó paralizando la operación para evitar polémicas.


Llegados a este punto, la comunidad islámica sigue buscando suelos, aunque tras años intentándolo no ven una solución sencilla. Según apuntan, apenas hay suelos privados con la calificación necesaria para poder edificar la mezquita, especialmente que tengan las condiciones que ellos buscan: parcelas de entre 10.000 y 15.000 metros cuadrados y a las que se pueda llegar con transporte público. Las que sí pueden tener las características adecuadas son de propiedad municipal, pero los grupos políticos cerraron la pasada corporación sin acuerdo para regular la cesión o venta de suelo a las confesiones religiosas.


Por ello, Fawad Nahhas, presidente de la comunidad islámica de Zaragoza, solo ve dos opciones: que el Ayuntamiento acceda a vender una de sus parcelas "a un precio razonable" o que permita cambiar el uso de algún suelo industrial, algo que ahora le ha negado en Oliver. "¿Qué quiere el Ayuntamiento de nosotros? ¿Los 26.000 musulmanes no merecemos atención? Ya estamos desesperados", señala.


Nahhas asegura que están dispuestos a invertir alrededor de 7 millones, entre 1,5 y 2 en la compra del suelo y casi 5 en la construcción, aunque las cifras dependerán del proyecto definitivo. La financiación llegaría de "diversos donantes", principalmente "fundaciones de países musulmanes" que son "muy fiables", señala. El presidente de la comunidad islámica ha pedido una reunión con los nuevos responsables de Urbanismo para trasladarles el problema, así como con los grupos municipales.


"Deberían hacer una ruta por las mezquitas durante el rezo del viernes para que vean cómo están", propone. Con el proyecto de la gran mezquita, en la que podrían rezar más de 3.000 personas, quieren acabar con el problema de la saturación de sus lugares de culto, pero no solo eso. El edificio que pretenden construir tendría también biblioteca, salón de actos, salas para talleres y aulas, sala de exposiciones, comedor social, escuela bilingüe de árabe y castellano, centro de estudios islámicos, albergue para mujeres abandonadas sin recursos, instalaciones deportivas y hasta piscina. Con esta última instalación se solucionaría el problema que tienen actualmente las mujeres musulmanas, a las que no se le permite el baño en las piscinas municipales con el bañador de tres piezas que usan para cubrir su cuerpo.


Fawad Nahhas recalca, no obstante, que sería un centro "abierto a cualquier persona", independientemente de sus creencias. "Sería una expresión de la multiculturalidad de la que presume Zaragoza. ¿Qué multiculturalidad es arrinconar en garajes a los musulmanes?", se pregunta.

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