La cocaína hallada en la escena de un crimen lleva al banquillo al hermanastro del fallecido

El homicidio se produjo hace un año en un piso de la calle de Navas de Tolosa durante una fallid compraventa de droga.

La Policía ocultó con una sábana el momento en que el cadáver fue sacado del domicilio.
La Policía ocultó con una sábana el momento en que el cadáver fue sacado del domicilio.
José Miguel Marco

La investigación de la muerte a tiros de Ariel Carrasco Viola, de 23 años, ocurrida en un piso de Las Delicias el pasado día de Reyes, reveló no solo que el homicidio fue producto de un enfrentamiento por una frustrada venta de drogas sino también que la cocaína seguía en casa de la víctima cuando los asesinos huyeron.


Los 553 gramos de esa sustancia que los agentes hallaron en un paquete detrás de una de las puertas de la vivienda han servido ahora a la Fiscalía para acusar al hermanastro del fallecido Melvin Oviedo Viola, y a su tío Ramón Eduardo Henríquez, por un delito de tráfico de drogas. Ambos, junto a Juan Evangelista Leonardo, fueron juzgados ayer en la Audiencia y se enfrentan a penas de entre cuatro y seis años de prisión. Los tres, asistidos por los letrados Alfonso Bayo, Juan Martín y Cristina Remón, respectivamente, negaron tener relación alguna con la droga y atribuyeron su propiedad al fallecido.


Sin embargo, el fiscal mantiene que los tres –y el que resultó muerto– estaban implicados en el negocio ilícito y que la cocaína era la que habían ido a buscar unos días antes a Barcelona y pensaban vender a los que luego matarían a Ariel Carrasco.


La operación había comenzado a fraguarse un mes antes –el 29 de noviembre de 2014– en un bar de la calle de San Blas en el que trabajaba Juan Evangelista Leonardo Díaz, acusado de hacer de intermediario. En esta cita estuvieron presentes los otros dos inculpados, así como Ariel Carrasco y los tres compradores. En la reunión, según mantuvo el fiscal, se acordó la cantidad, el precio y los pormenores de la entrega. Los traficantes concertaron un nuevo encuentro para el 12 de diciembre en el domicilio de Navas de Tolosa de Melvin Oviedo y Ariel Carrasco. En esa cita, Ariel Carrasco proporcionó una muestra de cocaína a los compradores para su análisis y cuando estos se marcharon del piso, lo hicieron acompañados de Ramón Eduardo Henríquez Guzmán.


En la tarde del 5 de enero, cuando supuestamente iba a culminar la venta, Henríquez bajó a la calle a comprar amoniaco para comprobar la calidad de la droga. En ese intervalo de tiempo se produjo un desacuerdo y se desató el tiroteo que acabó con la vida del joven. Su hermanastro Melvin Oviedo salió ileso.


Nueve meses después, la Policía de Zaragoza detuvo en Italia a Francisco R. J. como presunto autor de los disparos y aún no ha sido juzgado. Su cómplice está identificado pero no arrestado.

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