Descartan que el joven que dejó parapléjico de un disparo a su hermano sufra algún trastorno

Los forenses dicen que sabía lo que hacía y las consecuencias cuando decidió jugar a la ruleta rusa y encañonar al menor.

Edificio donde se produjeron los hechos, en la calle de Mariano Adam del barrio de San José.
Edificio donde se produjeron los hechos, en la calle de Mariano Adam del barrio de San José.
A Navarro

El banquillo de los acusados de la Audiencia de Zaragoza se quedó ayer vacío, ya que a la hora en que debía comenzar el juicio por tentativa de homicidio contra José Manuel G. M. el tribunal fue informado de que este ingresó hace una semana en el Hospital Miguel Servet. El joven lleva en prisión provisional desde el pasado 2 de mayo, cuando fue detenido por dejar parapléjico de un disparo a su hermano pequeño, de 15 años, cuando jugaban a la ruleta rusa en un domicilio del barrio de San José. Sin embargo, parece que el centro penitenciario de Zuera no dio cuenta de la hospitalización a la Audiencia, que se vio de repente ante una situación totalmente atípica. Porque estaban citados la víctima, los policías, los testigos y los forenses, pero los magistrados no tenían reo al que juzgar.


Ante el inesperado contratiempo, el tribunal optó por escuchar al menos los informes de los médicos del Instituto de Medicina Legal de Aragón (Imla) al objeto de adelantar esta parte de la prueba. Respecto a la víctima, los forenses recordaron que el chaval recibió un disparo en el hombro derecho que le causó una herida en el pulmón de la que ha conseguido recuperarse. No así de la lesión medular que le provocó el mismo proyectil, que ha dejado al menor postrado en una silla de ruedas de por vida. Porque aunque actualmente está haciendo rehabilitación en el Centro de Parapléjicos de Toledo, la lesión es irreversible.


Los especialistas examinaron también al autor del disparo, José Manuel G. M., para intentar determinar si padecía algún trastorno bipolar o de personalidad.Pero ambos fueron finalmente descartados. "Lo único que le diagnosticamos fue un trastorno ansioso depresivo que no afecta para nada a su capacidad cognitiva o volitiva", aclaró la doctora María Luisa Tomás. A preguntas de la defensa, a cargo de las letradas Carmen Sánchez y Sara Arriero, esta descartó también que cuando se produjeron los hechos el acusado estuviera influenciado por las drogas. "No consta que estuviera consumiendo ninguna sustancia y él mismo nos dijo que ni siquiera había fumado", apuntó.


El tribunal quería haber tomado ayer declaración por videoconferencia desde Toledo al menor, pero problemas técnicos lo impidieron. El fiscal pide doce años de prisión, mientras que la defensa califica los hechos de imprudentes y solicitará tres años, uno por las lesiones y dos por sendos delitos de tenencia ilícita de armas.

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