Cada vez quedan menos fisuras en el juicio por el crimen de Ricla. Si el pasado martes fue la Policía la que desmontó la declaración exculpatoria de Antonio Losilla y le atribuyó el asesinato de su mujer, Pilar Cebrián, ayer fueron los propios hijos del matrimonio, Antonio y Blanca, de 27 y 23 años, los que confirmaron veladamente esta versión. Algo que no resulta baladí, puesto que ambos se alinearon al principio de la investigación con su padre y proclamaron su inocencia. Sin que ninguno de ellos llegara a verbalizar que fue su padre quien mató a su madre, tanto el uno como la otra reconocieron que el paso del tiempo y las pruebas les han hecho ver las cosas "de forma distinta" y que la probabilidad de que así fuera "es cada día más alta".

Las declaraciones de ambos jóvenes resultaron reveladoras, ya que aportaron datos que contradicen claramente el relato de los hechos que dio Antonio Losilla. Además, los dos hermanos admiten ahora que su padre les presionó –en el caso de Antonio– y pudo manipularles –en cuanto a Blanca–. "Cuando decidí personarme como acusación, a mí me presionaron para que no hablara", manifestó el hijo varón del matrimonio. "¿Y quién lo hizo?", le inquirió el magistrado presidente del Jurado, Javier Cantero."Fue mi padre", confesó.

Preguntado por la forma en que se materializaron esas supuestas coacciones, Antonio Losilla (hijo) fue claro: "Intentó poner a mi hermana en mi contra, diciendo que le acusaba para heredar la casa de mi tío en Barcelona y que ella se quedara fuera. Cosas que no tenían ningún sentido y que solo buscaban enfrentarnos". Ante estas revelaciones y a petición del fiscal, se dedujo testimonio por si, además de por los que ya se le atribuyen, al acusado hubiera que condenarle también por un delito de coacciones o amenazas.

El joven reconoció que "un mes antes" de la supuesta desaparición de su madre notó cierta tensión entre sus padres. "Parecía que él tenía especial interés en que ella nos contara algo que nunca llegó a revelarnos", dijo. El testigo recordó también que la última vez que vio viva a su madre fue el 30 de marzo de 2012, cuando se marchó con el ahora acusado a pasar el fin de semana a Ricla.

"Mi padre me llamó después desde el pueblo para decirme que mi madre se había marchado con unas amigas. Me extrañó mucho, porque nunca lo había hecho. Luego me pidió que no fuera ingenuo, para hacerme ver que en realidad se había ido con algún hombre", manifestó el joven. Señaló también que la semana siguiente su padre no regresó a Zaragoza. "Algo que también me sorprendió, porque no solía quedarse tanto tiempo en Ricla", añadió.

Contradiciendo a su padre, Antonio aseguró que no fue él quien le consiguió las claves para acceder a las cuentas de su madre en internet y averiguar con quién mantenía contactos a través de Badoo y Facebook. "Como él le había configurado la cuenta de correo electrónico y podía entrar, solo tuvo que pedir que le recordaran la contraseña y se la enviaran mediante un mensaje", indicó.

El hijo del acusado recordó también que le llamó mucho la atención lo limpio que se encontró el garaje de la casa de Ricla, donde según la Policía Antonio Losilla mató y descuartizó a Pilar Cebrián. "Yo fui al pueblo sobre el 10 de abril y vi que habían limpiado en profundidad. Me extrañó, porque precisamente me habían encargado a mí que lo hiciera y lo había estado dejando", apuntó. El joven recordó también que estaba a finales de abril en el gimnasio de la casa cuando vio llegar a su padre con las máquinas de picar carne.Blanca cambia de opinión

En poco se parecen la Blanca Losilla que tras la detención de su padre, en octubre de 2012, hacía la peineta a la prensa a las puertas del juzgado de guardia y la que ayer compareció ante el Jurado. "Yo tenía entonces solo 20 años y bastante sufrimiento llevaba por dentro. No quería ni podía pensar en que a mi madre le hubiera ocurrido algo malo y menos aún en que el responsable fuera mi padre. Yo prefería mirar hacia otro lado, no afrontar el problema.Pero han pasado tres años y me ha dado mucho tiempo a pensar", manifestó ayer la joven.

La hija de Antonio Losilla reconoció también que colaboró en todo lo que le pidió su padre. "Lo hice sin dudarlo, porque nunca pensé que él pudiera haberle hecho algo a mi madre. Considero a mi padre una persona inteligente y yo le veía muy preocupado, haciendo todo lo posible por encontrar a su mujer", declaró Blanca. Y fue por ello por lo que telefoneó tanto a la mujer del vecino de La Almunia con el que Pilar Cebrián había iniciado una nueva relación y por lo que fue en varias ocasiones a la Jefatura Superior de Policía."Mi padre me dijo que cada vez que iba él acababa discutiendo y que los investigadores no le hacían caso. Por eso iba yo", precisó.

Aunque Blanca no ejerce la acusación particular contra su padre –como sí hacen su hermano y dos tíos–, sus explicaciones fueron ayer sinceras y no le importó revelar información que podría incriminar a su padre. De hecho, Antonio Losilla declaró que compró el desatascador tras el supuesto crimen –que la Policía fecha el 2 de abril de 2012– porque su hija tenía melena y su pelo atascaba las tuberías al ducharse. Y ella aseguró ayer que desde que se independizó para vivir con su pareja, "nunca" iba a ducharse a casa de sus padres.

Blanca recordó también un comentario de su padre que le provocó bastante inquietud."Estábamos comiendo y contaron en televisión que habían encontrado huesos de los hijos de José Bretón en una hoguera. Recuerdo que dijo: ‘¡Qué tonto, cómo pudieron olvidársele allí esos huesos’!".

Además de los hijos, ayer declararon el tío de Ricla y el primo de Barcelona de Pilar Cebrián que denunciaron su desaparición. Ambos coincidieron en que ella les había anunciado que se quería separar y en que sospecharon desde el principio de Antonio Losilla.