El triste abandono del cementerio antiguo de Torrero

Policía Local descarta que el mal estado de las sepulturas se deba a actos vandálicos

Imagen del estado de una sepultura del cementerio antiguo.
Imagen del estado de una sepultura del cementerio antiguo.
S.L.

Más de 400.000 personas descansan en el zaragozano Cementerio de Torrero. Desde que se inaugurara en 1834 ha sufrido cuatro ampliaciones hasta conseguir una superficie total 530.000 m2, lo equivalente a 52 campos de fútbol. No obstante, la parte menos visitada del recinto es la conocida como 'cementerio antiguo' cuyas lápidas, algunas borradas por el paso del tiempo, revelan enterramientos de 1954, 1934 e incluso 1917.


Esta zona, que cuenta con una extensión de 4.000 m2, evoca la imagen más reconocible de un cementerio: cruces, ángeles y vírgenes talladas en piedra y mármol a ras de suelo. Más allá del respeto e incluso tenebrosidad de los elementos, la sensación que transmiten es de total dejadez.


Entre los cipreses que jalonan los caminos, es difícil encontrar familiares. La madre de Loli Larpa murió hace dos años, aunque a la capilla familiar se le da uso desde hace más de 40: “He llamado varias veces al 010 para quejarme del mal estado, pero nunca me han hecho caso”, se queja Larpa, que reconoce que antes de la festividad de Todos Los Santos “lo adecentan un poco”.


Las sepulturas de otro tiempo hechas pedazos, cunas de hierro volcadas y cruces destrozadas, destacan entre las flores más recientes comidas por el sol. El estado de la zona es literalmente un cementerio de tumbas.


El aspecto exterior de los nichos también deja mucho que desear. Mientras algunas lápidas prácticamente son ilegibles, otras ni siquiera existen. Los agujeros se encuentran tapiados con yeso sobre el que de forma caligráfica figuran los nombres de los fallecidos, y en algunos casos, una cruz a mano alzada. 


Los que se encuentran vacíos, o bien puede verse todo el interior, o cuentan con una losa de piedra, que en la mayoría de casos se adivinan a punto de caer con el peligro que ello podría conllevar.


Hace aproximadamente dos décadas, desde el Ayuntamiento de Zaragoza, trató de ponerse coto a esta situación de dejadez cuando se constituyeron una serie de cuadros de amortización para impedir la renovación de las sepulturas. Esta medida se revirtió en 2012 y se adquirió el compromiso de mantener intacto el espacio salvo que surja la necesidad de construir sobre los terrenos.


Desde Policía Local descartan que el mal estado de las sepulturas pueda achacarse a actos vandálicos recientes. El último incidente de este tipo se registró en 2010.


Las puertas del Cementerio de Torrero cierran a las 22.00 y todas las luces se apagan a partir de las 23.00, aún así explican que “el que quiere entrar entra” a pesar de la existencia de cámaras de seguridad en los accesos.


Responsables del cementerio animan a mejorar el estado de las viejas instalaciones a través de una mayor sensibilización y cuidado de los enterramientos por parte de los usuarios. Además, reconocen que el mantenimiento del cementerio antiguo no se corresponde con el del resto del recinto, pues se trata de una zona de menor uso. Aún así, explican que las encuestas de satisfacción que se realizan de forma anual, arrojan un resultado de notable.

Pegatinas contra el impago

La política actual del complejo, según explican fuentes del Cementerio, se centra en el objetivo de disponer de huecos para las inhumaciones sin necesidad de construir, recuperando los nichos cuyas concesiones hubieran vencido, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 41.1.c) de la Ordenanza Municipal de Cementerios de Zaragoza que establece, como causas de extinción y caducidad del derecho funerario, el vencimiento del plazo.


En 2010 el Ayuntamiento de Zaragoza comenzó a intervenir sobre aquellos enterramientos señalados en esta ordenanza que no se encontraran al corriente de pago mediante la colocación de pegatinas en las lápidas para avisar a los familiares de la situación de impago. Fuentes municipales explican que desde el aviso hasta la exhumación de los restos pueden pasar años. Se trata de un procedimiento muy costoso donde se trata de localizar por todos los medios al interesado. Si en última instancia nadie reclamara los restos ni se pusiera al corriente de pago, el fallecido pasaría trasladarse a la fosa común y el nicho quedaría disponible.


Este procedimiento de declaración de extinción de la concesión se ha llevado a cabo en 4.104 nichos, de los que ya se han renovado 548 y se ha renunciado a 155.


Habitualmente estos nichos vacantes suelen ofrecerse a personas cuyos familiares se encuentran en las proximidades para mejorar la accesibilidad de los parientes. Eso sí, el precio tanto de la concesión, las renovaciones y las tasas de mantenimiento es el mismo que en la parte nueva del cementerio.

Más de 15.000 morosos

“Las renovaciones de concesiones no se realizan de forma automática”, recuerda Elena de Marta, jefe de servicio de información y atención al ciudadano del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza. De Marta explica que muchos impagos son fruto de errores con los seguros de deceso: “Suelen cubrir el pago de los primeros cinco años”, periodo en el que vence la concesión.


Las exhumaciones por impago corren a cargo del Ayuntamiento de Zaragoza, es decir, son de carácter gratuito. “Estas actuaciones permiten recuperar nichos y actualizar todo el tema de pagos de concesiones y titulares”, manifiesta De Marta.

Tendencia a la incineración

Si bien es cierto que los muros del Cementerio de Torrero no se moverán, sí está previsto la construcción de nuevos columbarios para aumentar la oferta donde depositar las cenizas de los fallecidos.


La tendencia, surgida a finales de los años 70, ha crecido de forma exponencial hasta convertirse en la opción del 60% de las inhumaciones que se registran en el complejo funerario.

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