Los vecinos de Biota han vuelto esta mañana a sus casas y se han encontrado un panorama desolador. Las casas están intactas pero las llamas han arrasado entre 6.000 y 7.000 hectáreas de monte y campos del entorno, según ha informado a Heraldo.es el alcalde de este municipio, Ezequiel Marco. 

"A Biota hemos podido volver porque aquí ya se ha quemado todo el monte de los alrededores" explica el alcalde. A muchos agricultores el incendio les ha cogido desprevenidos y según sus primeros cálculos Biota ha perdido 800 hectáreas de campos aún sin cosechar, principalmente de trigo y cebada.

Las llamas siguen muy cerca de Malpica de Arba, pedanía de Biota que sigue desalojada. Anoche las llamas llegaron hasta el cementerio de este núcleo de población y arrasaron el pinar que lo rodeaba. 

El fuego también sigue muy cerca de Orés, donde esta mañana ha alcanzado el Fragal, el pico más alto y próximo a la localidad y una "joya natural" para los vecinos de la zona. El municipio sigue desalojado pero unos veinte vecinos han permanecido en el terreno y despiertos toda la noche ayudando a las cuadrillas forestales y tratando de contener el fuego.

Entre ellos el alcalde de Orés, Antonio Campos, quien a primera hora de la tarde del domingo contaba a Heraldo.es que los agricultores han colaborado haciendo cortafuegos en sus campos para evitar el avance de las llamas y aminorar las pérdidas.

"Esto es un desastre, se han quemado muchísimas hectáreas de monte y han quedado arrasados un montón de campos junto a toda la cosecha", lamentaba este mediodía el alcalde de Orés desde un puesto improvisado montado por los vecinos para el abastecimiento de agua y bocadillos a las patrullas.

"Los forestales nos dicen que es horrible e increíble la velocidad que ha llevado el fuego. El monte estaba muy seco y el viento soplaba muy fuerte... Es horroroso"

Para la gerente del albergue rural El Fragal de Orés, lo más doloroso es ver el monte calcinado: "El monte lo es todo para los que vivimos en el medio rural. Es fuente de riqueza. De él dependen la caza, las jornadas micológicas... a mí ya me han llamado para cancelar varias reservas", cuenta apenada. 

Además lamenta la pérdida de las recientes inversiones de sus vecinos: "Se han perdido muchas hectáreas de almendros y de campos sin cosechar, la gente vive de esto y se han perdido plantaciones enteras muy recientes".