Es una de las ansias de los barrios de la Margen Izquierda de Zaragoza, y otro de los proyectos pendientes que quedaron en el cajón para la nueva corporación municipal, poner en marcha un Plan Director para el Parque del Tío Jorge.

"Tenemos un parque en el que se ha invertido mucho dinero, que está envejecido y con pocas sombras y en el que es necesario plantar más árboles, porque algunos llevan muchos años", apunta Rafael Tejedor, presidente de la Asociación de Vecinos Tío Jorge del Arrabal.

Esta asociación, junto con las del Picarral y Balsas de Ebro Viejo, ya mantuvieron conversaciones con representantes municipales para acometer la redacción de un documento de consenso que ayude a la mejora, gestión y aprovechamiento de este espacio simbólico de la Margen Izquierda, contactos en los que se habló de una hoja de ruta de cuáles serían los pasos a dar para el desarrollo del proyecto. "En primer lugar habrá que definir los usos que está teniendo el parque, hacer un proceso participativo en el que puedan opinar todas las entidades implicadas en él para llegar a unos usos de consenso y también establecer una planificación para una mejora continuada", explica Tejedor.

Actuaciones que según las entidades vecinales deberán abordar el resembrado de césped, la mejora del mobiliario urbano e iluminación del entorno, la adecuación de las zonas deportivas así como la elaboración de un catálogo del patrimonio y su estado de necesidades. Por ejemplo, el pasado mes de abril se tuvo que retirar la parte superior del obelisco del monumento al Tío Jorge porque los nidos de cotorras argentinas y cigüeñas amenazaban con provocar el desplome de la estructura de hierro, así como otros elementos deteriorados con anterioridad, como la estatua 'Patos en vuelo' que tuvo que ser retirada del centro del lago el año pasado.

Estado del arbolado

Una de las cuestiones que más preocupa a las entidades vecinales es el estado del arbolado en una zona especialmente vulnerable a las riadas y a los envites del cierzo. "Con las últimas riadas se han perdido unos diez o doce pinos", explica Bienvenido Buil, miembro de la Junta de la Asociacion de Vecinos del Picarral. "Se acumula demasiada humedad, se reblandecen la tierra, las raíces quedan afectadas y luego viene el viento y los tira", apunta Buil, quien subraya la necesidad de hacer una valoración del estado general del arbolado, ver las necesidades de replantación y estudiar las mejores especies para reponer y que mejor se adapten a las características de la zona. "En este parque hay ejemplares que tienen más de cien años", apunta.

Otra cuestión que esperan dilucidar con la puesta en marcha de este plan director es la determinación de si quedan restos de tierras contaminadas en el parque: "A finales de los 90 hubo unas fugas de los depósitos de la gasolinera que está en Valle de Broto que provocaron que saliera gasoil y se fuera filtrando hacia el parque. Las entidades pensamos que todavía puede haber restos en el subsuelo porque en algunas zonas el crecimiento de las especies vegetales no es normalizado", explica Rafael Tejedor.