La presidenta de la Comarca de Ribera Baja del Ebro ha exigido que se levanten motas con la misma altura que en la parte alta del río, ya que antes de llegar a Zaragoza va "encajonado" y "no se lamina", por lo que "abajo tiene que abrirse" y las afecciones pueden ser mayores.

Ha pedido que "se sienten los ingenieros y, si no saben, que digan que no saben", lamentando que "nadie se moja ni nadie dice nada ni hace nada; ese es el problema".

"Me gustaría ver a mí a los ecologistas, tendrían que haber estado a ver si protegen a la fauna autóctona del Ebro", ha continuado Felisa Salvador, quien ha defendido una actuación "integral" en el río, "desde que comienza hasta que termina".Mientras, el municipio de Pina de Ebro, ubicado aguas abajo de la capital aragonesa, espera con incertidumbre la decisión sobre la posible evacuación de sus 2.600 vecinos ante la crecida del Ebro, aunque los niveles en la actualidad se mantienen, con 4,40 metros, y las motas aguantan bien.

La alcaldesa, María Teresa Martínez, ha indicado que los vecinos han pasado la noche "alterados y con incertidumbre", aunque "no ha habido tensiones" pero sí falta de sueño, y ha agradecido la colaboración y solidaridad de los pueblos cercanos, cuyos alcaldes le han ofrecido sus polideportivos para poder acoger a los vecinos en el caso de que finalmente haya una evacuación forzosa preventiva.