"La espera se hace eterna y esto es un no parar de gastos"

Los vecinos del edificio afectado por una dolina en Valdefierro acusan la dilación del proceso y los gastos en que se ve obligada a incurrir la comunidad de vecinos.

Vecinos de la comunidad señalan las grietas que se ven en el garaje
"La espera se hace eterna y esto es un no parar de gastos"
M. P.

¿Cuándo llegará la solución definitiva?, y si nos dan la razón ¿cuánto valor adquisitivo habremos perdido? ¿Y cuándo veríamos ese dinero?


Los vecinos del ya famoso edificio 1-3 de la avenida de Las Estrellas del barrio de Valdefierro, construido sobre una dolina, siguen en una espera que "se hace interminable" de la sentencia definitiva que dirima sobre la ruina económica de la totalidad del edificio, y pueda atisbarse el fin de una pesadilla que ya dura una década, y de un proceso judicial complejo y costoso.


La licencia de obras del edificio se concedió en diciembre de 2000 y la ocupación en 2003, año en el que se ya se observaron los primeros problemas.

El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 4 de Zaragoza condenó en diciembre de 2013 al Ayuntamiento de Zaragoza como responsable solidario con la promotora, los arquitectos y las aseguradoras a indemnizar a los propietarios de este edificio por los daños estructurales que aparecieron tras su construcción.


La juez condenó a pagar a cada vecino el valor que tendría en aquel momento la vivienda y anejos (trasteros y garaje) y una compensación de 3.000 euros por daños morales a cada propietario, además de entender que la comunidad de propietarios debía ser indemnizada por los costes abonados por las reparaciones y las pruebas periciales practicadas. La sentencia fue recurrida por todos los condenados y ahora se sigue a la espera de una resolución definitiva.


"Ahora mismo hay retraso, porque se están dictando sentencias de procedimientos del año 2012, por lo que no sabemos exactamente cuándo podría llegar", dice Sagrario Valero, abogada que representa a la comunidad de propietarios.


Mientras tanto, a la inquietud que arrastran los vecinos se suma la sangría económica en la que están inmersos. "Por requerimiento del Ayuntamiento tenemos contratado un equipo técnico para velar por la seguridad de los vecinos y que mide la evolución, y se ve que todo el edificio se sigue moviendo", comenta la abogada.


Solo este servicio de monitorización costó a la comunidad de vecinos el pasado año 18.900 euros. "Menos mal que somos cien vecinos", dice el presidente de la comunidad, José Luis Romero. "La espera se hace eterna y esto es un no parar de pagar entre abogados, derramas y arreglos, tenemos unos costes como si viviéramos en un chalé, -comenta-. Las tuberías ceden, salen goteras y las juntas de dilatación se vuelven a abrir".

"Esta situación no te deja avanzar"

"Imagínate esta situación para una pareja que esté en el paro", dice por su parte, Marimar Fraj. Esta vecina de la escalera 1 tiene grietas en el pasillo de su casa y han comenzado a desencajarse ladrillos de su terraza. "Tendría que hacer cambios en la casa, pero no los hago porque no sé qué va a pasar. El problema de esta situación es que no te deja avanzar y seguir con tu vida adelante", lamenta la vecina.


"Y esto ocurre en la escalera 1", subrayan. El edificio está compuesto de planta baja, seis plantas y dos sótanos. Consta de cien viviendas distribuidas en cinco escaleras, sótanos, garajes, trasteros y cuatro locales comerciales en planta calle. Las patologías que aparecen en las viviendas del portal 1 son especialmente destacadas por los vecinos, que defienden la ruina de la totalidad del inmueble. En mayo de 2013 el Ayuntamiento de Zaragoza decidió declarar la ruina económica solo del bloque 5, el más afectado por la dolina. Esta medida fue recurrida por los vecinos y el Ayuntamiento interpuso un recurso de apelación que el pasado mes de noviembre fue desestimado por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón al entender procedente esperar dado que está en curso el pleito principal que dirime sobre todo el edificio.


Así las cosas, los vecinos siguen a la espera en una prolongada situación de inquietud. "No puedes vender y no puedes hacer nada, el valor que tiene ahora tu piso es cero", dice María, otra joven vecina.


Las reparaciones en las grandes juntas de dilatación del patio y las grietas del pavimento del garaje recuerdan el estado 'enfermizo' de la construcción. Ahora, se enfrentan al problema de que la compañía de seguros de la comunidad resolvió la póliza y "no hemos encontrado ninguna compañía que asegure la responsabilidad civil, solo una que nos asegura el mínimo, incendios, robos y daños consorciables", comenta el equipo de abogadas de la comunidad de vecinos.