Zaragoza, un pequeño museo de arte urbano

El noveno 'Asalto' está siendo muy "participativo" en la capital aragonesa, donde mayores y niños se vuelcan con los artistas en los diferentes barrios.

El taller infantil con Yomimoko&Co, esta sábado, en la calle de Las Armas
Zaragoza, un pequeño museo de arte urbano
P. B. P.

De una muestra de arte urbano en "formato humilde" a todo un "proyecto de ciudad". El Festival Internacional de Arte Urbano 'Asalto' ha arrancado esta semana su décima edición en la capital aragonesa en un ambiente de encuentro y participación. 


"La novedad de este año es que ya estamos interviniendo en los barrios y la idea es expandirnos por toda Zaragoza en un proyecto que embellezca la ciudad", confiesa Luis García, uno de los organizadores.


Las asociaciones de vecinos les demandan y la gente responde de año en año, se involucra y toma conciencia de la importancia de lo que empezó siendo tan solo una iniciativa de un grupo de voluntarios.

Un vínculo con el graffiti

"Con el tiempo se ha creado una sensación de pertenencia. Recibimos propuestas de vecinos que se ofrecen para que pintemos sus casas e incluso llegan a defender esas obras, a mantenerlas y a preservarlas", cuenta García.


De esta forma y con el paso de los años, Zaragoza se está convirtiendo en "un pequeño museo de arte urbano" para los 18 artistas que participan y también para el ciudadano.


Este sábado, el colectivo local 'Yomimoko' se encargó de dar rienda suelta a la imaginación e involucrar a decenas de niños y familiares en su instalación de la calle de Las Armas, donde los más pequeños se divertían en una piscina de barro. 


"Somos locales, sabíamos de Asalto y pensamos que teníamos que estar. Es una experiencia preciosa y la gente ya el año pasado se volcó con nosotros", reconoce Javier Domingo. 


Entre tanto, los más pequeños iban amasando sus piezas de adobe para ayudar a los artistas locales en la consecución de su obra. "Esta instalación misma la hicimos en un festival en Los Monegros con gente adulta que disfrutó como críos y estos se están portando todavía mejor", dice Javier entre risas. 


Un espacio de acogida para disfrutar del arte

El pasado lunes empezó la construcción de todos los puestos que ahora llenan esta plaza del Gancho. Un espacio de acogida para disfrutar del arte, de las charlas y las proyecciones a un paso del centro de la ciudad.


Entre los asistentes, una estudiante brasileña de arquitectura observaba muy concentrada y sonriente la actividad: "Vine sin saber qué era. Me encanta la arquitectura de tierra, de bioconstrucción y es algo muy bonito de ver. Aproxima a esta generación con algo antiguo, que parece que ya no funcionará más, pero que sin embargo se está poniendo en valor”, reivindicaba Raphaela Eiraes. A su juicio, la actividad de estos artistas locales "conecta a los niños con la tierra, que es algo que no siempre tienen la oportunidad de hacer", matiza. 


El último fin de semana, adelantan los organizadores de Asalto, este solar del Gancho se convertirá en el escenario de una feria que reunirá a ilustradores gráficos, tatuadores y artistas de diferentes disciplinas que mostrarán también en ella su trabajo de estudio. 


Por lo pronto, a los vecinos de la capital aragonesa les queda en las calles de su ciudad una nueva huella de un proyecto que, a nivel institucional, fue pionero en España en apoyar el arte urbano en pleno Casco Histórico.


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