Un mercadillo de belleza más allá del cáncer

El cáncer está entre nosotros y debemos aceptarlo y normalizarlo en la medida de lo posible. Bajo esta premisa, este jueves, en el Gran Hotel de Zaragoza (11.00 a 22.00) se ha organizado una 'pop up' o mercadillo efímero, con el objetivo de mostrar marcas, productos y servicios que tienen en cuenta las necesidades que, al pasar por esta enfermedad o al superarla, surgen a sus afectados.

La marca especializada en moda y complementos para mujeres con linfedema Nandy y yo, ha organizado este mercadillo, en el que se podrán ver sus prendas con mangas y sisas más anchas para las mujeres que sufren la hinchazón de brazos que puede surgir tras la extirpación de pechos. Otras seis empresas harán demostraciones de sus productos y mostrarán prótesis, pelucas y tratamientos del cabello, turbantes y pañuelos oncológicos, lencería y ropa de baño adaptada para mastectomía y tratamientos estéticos específicos como micropigmentación o reconstrucciones, así como alta cosmética para tratar la piel delicada.

"Las secuelas del cáncer no solo afectan a nivel físico, sino también emocional, por lo que decidimos organizar este mercadillo para que las mujeres que sufren estos problemas se sientan arropadas y conozcan la oferta que hay en el mercado", explica Irene Fatás, de Nandy y yo.

900.000 afectados por linfedema en España

También estará presente la Asociación de Personas Afectadas por Linfedema de Aragón (ADPLA). El linfedema es la tumefacción de una parte del cuerpo, generalmente una extremidad, causada por la acumulación anormal de líquido linfático. Esta patología produce en la mayoría de los casos sensación de pesadez, deformidad del miembro afectado, molestias y episodios repentinos de infección. "Es un trastorno crónico y progresivo, y puede ocasionar la incapacidad del afectado, pero puede ser controlado mediante medios adecuados y siguiendo ciertas reglas básicas", explica Noelia Guiu Fanlo, trabajadora social de esta asociación. Esta dolencia afecta en España a 900.000 personas, hombres y mujeres.

"El hecho de que los profesionales de la moda y la belleza se planteen la importancia de cubrir necesidades estéticas para este colectivo es beneficioso porque ‘normalizan’ situaciones tan naturales como el vestir, que muchas afectadas de linfedema viven con cierta ansiedad", explica Guiu, ya que no pueden usar prendas estrechas de mangas o tejidos que oprimen los brazos. "El uso de estos productos específicos ayuda a muchas mujeres a verse mucho más bellas de lo que ya son, y esto hace aumentar su autoestima y la seguridad en ellas mismas", apunta.