El reino del siluro, como nunca se ha visto

Dos pescadores aficionados al buceo en agua dulce han conseguido grabar y fotografiar el fondo del embalse de Mequinenza logrando imágenes prácticamente inéditas de los grandes siluros y de otras especies como la carpa, la lucioperca o el black-bass

El buceador Jorge Sánchez Tapia, grabando un gran siluro en el fondo del embalse de Mequinenza
El reino del siluro, como nunca se ha visto

A cinco o seis metros de profundidad y en los lugares más recónditos, zonas cercanas a la orilla pero rodeadas de rocas, ramas y maleza que apenas dejan pasar los rayos del sol. Ese es el hábitat preferido por los grandes siluros, esos peces invasores que pueden superar los dos metros y medio de longitud y los cien kilos de peso.


Hasta ahora, en Aragón se los había visto cuando muerden el anzuelo de algún pescador o cuando se asoman a la superficie para intentar capturar alguna presa. Sin embargo, dos pescadores aficionados al buceo en agua dulce han conseguido grabar y fotografiar el fondo del embalse de Mequinenza logrando imágenes prácticamente inéditas del reino de los siluros.


"Si tuviera que describir sus dominios diría que son un lugar tenebroso -explica Raúl López Ayala, un madrileño de 37 años que desde hace tres años se dedica a explorar el fondo de este pantano junto con su compañero Jorge Sánchez Tapia, de la misma edad y vecino de Badajoz-. Otros ríos y embalses en los que he buceado no dan esa sensación, pero en Mequinenza impresiona estar rodeado de troncos, ramas, claroscuros, sombras, turbidez... E impresiona más todavía si de repente te encuentras de frente con la silueta de un siluro de dos metros".


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