El softcombat, el hijo del esgrima y el rol que se practica en Las Fuentes

La Asociación Cultural de Softcombat de Zaragoza entrena los domingos en el parque Torre Ramona.

Combate de softcombat en Teruel
Softcombat en el parque de Torre Ramona en Zaragoza_3
AC SOFTCOMBAT ZARAGOZA

Son muchos los zaragozanos que se habrán topado alguna vez con grupos de personas luchando en los parques de la ciudad con armas que parecen sacadas del Medievo. ¿Qué hacen con hachas, mazas, dagas y lanzas? Pues probablemente softcombat o jugger, dos disciplinas muy diferentes entre sí pero que utilizan los mismos utensilios: armas de gomaespuma.


En el parque de Torre Ramona, ubicado en el barrio de Las Fuentes, entrenan los domingos por la mañana los miembros de la Asociación Cultural de Softcombat de Zaragoza. El grupo varía desde las cuatro hasta las quince personas según el día, pero sus armas se dejan ver y está claro que sus entrenamientos no pasan desapercibidos entre los viandantes.


Las normas

Ellos aseguran que el Softcombat tiene mucho que ver con la esgrima: dos personas se enfrentan con el objetivo de 'tocar' al oponente con su arma. Sin embargo, se forjó a través de los juegos de rol en vivo, por lo que las armas son de fabricación casera y se puede practicar al aire libre porque no requiere de protecciones ni instalaciones específicas.


"Se juega en un círculo de seis metros y se gana cuando se da al contrario el número de toques que estipula cada competición en cualquier parte del cuerpo excepto en la cabeza", explica Santiago García, uno de los fundadores de la asociación zaragozana y promotor de la Federación Española de Softcombat, a la que se han adscrito ya 14 asociaciones de toda España.


Aunque cada jugador tiende a preferir un arma sobre las demás, los combates se dividen en categorías y en cada una se fija el tipo y tamaño del arma. "La daga sería la más pequeña y se puede utilizar con otra de hasta un metro de largo. Luego tienes armas de hasta 1,30 metros y después ya están las lanzas de hasta 2,4 y los bastones de hasta dos metros", concreta Santiago, quien además ocupa el puesto número dos en el ranking nacional de softcombat.


Algo más que un juego

Aunque todavía no está considerado un deporte, los miembros de la asociación zaragozana están luchando por convertir su afición en algo más que un juego, y por eso impulsaron el nacimiento de la Federación y ahora pretenden que Zaragoza sea la próxima sede del campeonato de España, que se celebrará en septiembre.

Talleres y entrenamientos abiertos

Como el propio Santiago reconoce, los aficionados zaragozanos "ya no son chavales" y la media de edad del grupo oscila entre los 28 y los 30 años. "Algunos tenemos ya críos y entre eso y el trabajo es difícil coincidir todos los domingos". Por eso, desde la asociación se muestran muy dispuestos a transmitir su pasión a las nuevas generaciones y organizan talleres de armas de softcombat en distintas casas de juventud con asiduidad. Al último, en Fuentes de Ebro, asistió una decena de chavales para fabricarse sus propias armas.


Además, invitan a todos los que quieran a presenciar y participar en sus entrenamientos de los domingos, a las 10.30 en el parque de Torre Ramona de Las Fuentes: "No hace falta que se traigan nada, nosotros les dejamos el material si se animan a probarlo", invita Santiago con la esperanza de que cada vez más gente comparta su afición y de que el softcombat llegue a considerarse un deporte algún día.