Detectan 20 casos más de malnutrición en niños de varios colegios de Zaragoza

Están siendo atendidos por los Servicios Sociales, en coordinación con los colegios y varias entidades del barrio de San José y la margen izquierda.

Alumnos de un colegio de Zaragoza.
La pobreza infantil alcanza la tasa del 27,2% en Aragón
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La crisis económica continúa golpeando a las familias de varios barrios obreros de Zaragoza, en los que desde el pasado año se vienen detectando decenas de casos de malnutrición infantil. "Lo que más se ve es la falta de recursos en las familias. Si no hay dinero, al niño le vas a dar lo más barato que encuentres para solucionar una comida", explica la doctora y nutricionista Ana Cristina Serrano.


En total, al menos 15 menores de un colegio de la margen izquierda están siendo atendidos por los Servicios Sociales en coordinación con este centro educativo tras detectarse carencias alimenticias. "A través de los tutores se valoran estos casos y hay familias que ya se benefician del reparto de alimentos en la parroquia del barrio", explica la directora de este colegio público. Según señala, 72 niños reciben algún tipo de ayuda -34, a través de la DGA; 19, por parte del Ayuntamiento; y el resto -precisan- por medio de Aldeas Infantiles y la Parroquia de Belén.


Además, cuenta esta docente, se está trabajando en un proyecto piloto en el barrio del Arrabal en el que intervienen los Servicios Sociales, la Fundación Pro Infancia de la Caixa, los propios colegios afectados y otro tipo de servicios sanitarios "con el objetivo de dar respuesta a las necesidades nutricionales y educativas del alumnado".


Pobreza infantil

Los problemas derivados de la llamada "pobreza infantil" afloran también en otros barrios obreros de Zaragoza ante la falta de recursos económicos de las familias. Sucede en el C. P. Calixto Ariño de San José, donde una comprometida jefa de estudios da cuenta de esta situación: "Se han ido detectando casos de malnutrición desde hace un par de años y paralelamente los vamos solucionando en coordinación con Cáritas y los Servicios Sociales del barrio". Según detalla, "casos de verdadera necesidad" habría en torno a cinco; aunque también se ha becado a otros niños por situaciones familiares en las que no se dispone de medios y se da una carencia de otro tipo. "En total, hablaríamos de 12 familias", indica.


Para detectar este tipo de situaciones, los colegios están en "contacto continuo" con los servicios sociales y asociaciones del barrio para que si hay un problema de malnutrición "se cubra cuanto antes". "De no ser por esa coordinación no se habría visto la necesidad que había porque hay familias que no te dicen nada pese a que lo están pasando muy mal", subraya Marimar, la jefa de estudios de este colegio público, quien lamenta el "abandono" por parte de varias familias que a raíz de la crisis se han visto obligadas a volver a sus países de origen


"Es cierto que tenemos un alto porcentaje de familias inmigrantes, pero al mismo tiempo cada vez son menos. Antes este tipo de situaciones venían marcadas por la inmigración, pero ahora se está detectando en familias de aquí.  Desde Cáritas, cuando tienen casos que pertenecen al colegio, nos lo comunican", puntualiza.


Marimar achaca el aumento de casos de necesidad detectados desde principio de curso a la "menor cantidad de becas concedidas" el pasado año.


¿Por qué hay malnutrición infantil?

La "falta de dinero" sumada el estrés y la falta de tiempo llevan a descuidar en cada vez más familias las cantidades diarias recomendadas que deben ingerir los menores en una etapa "vital" para su desarrollo. "La malnutrición viene por malos hábitos alimenticios y, desde luego, por falta de recursos", sentencia la doctora Serrano, quien cuenta que en consulta recibe a "niños que están muy cansados o que no crecen a la velocidad que deberían", motivos que le llevan a poner el foco en su "ritmo nutricional". 


En palabras de Rosa Sánchez, una trabajadora de los Servicios Sociales de la Almozara: "no se trata solamente de un problema de bajo peso, sino de un problema económico", ya que también la obesidad puede aparecer como consecuencia directa de una "falta de dedicación" por parte de las familias, motivada por la causa económica.


"Los niños que se tienen que alimentar a través del Banco de Alimentos comen pasta y garbanzos, pero no reciben la cantidad diaria recomendada de otros alimentos que necesitan ingerir a su edad para crecer sanos", concluye esta trabajadora social.