El primer viaje de Ron y Leo, dos mascotas en tranvía

La nueva ordenanza municipal sobre animales permite desde este sábado que los perros viajen en tranvías y autobuses.

Ron y Violeta (izquierda), junto a Leo y Maribel (derecha), a punto de subir al tranvía
El primer viaje de Ron y Leo en tranvía

 



El nuevo reglamento sobre traslado de animales de compañía en transporte público ha entrado en vigor este sábado. Es un buena noticia para Leo y Ron, dos mascotas que este sábado realizaban su primer viaje en tranvía, ajenas a una ordenanza que sus dueños deben cumplir para un correcta convivencia ciudadana.


Según el reglamento, se admiten en los autobuses perros de hasta 10 kilos con transportín de bolso o rígido. Los perros guía, de ayuda asistencial y los de seguridad, podrían ir libremente en buses y tranvías siempre que vayan acompañados de sus dueños.


Los perros de menos de 10 kg podrán viajar en tranvía, en cualquiera de los vagones, siempre y cuando se trasladen en transportines o similares. "En el último vagón: de menos de 10 kilos en brazos con bozal o elemento que desempeñe la misma función; y de más de 10 kg solo uno y con bozal o elemento que desempeñe la misma función. En el caso de que sean del mismo propietario/a podrán subir dos, con bozal y correa".


Es este último punto, el texto resulta un poco ambiguo, lo que ha provocado que Ron y Leo hayan tenido que separarse durante su viaje. Violeta Escartín, dueña de Ron, acudía a la parada de La Chimenea para realizar el trayecto en dirección a la Academia General Militar. Poco antes de subir colocaba el bozal a su mascota. 


En ese momento, Maribel Martín accedía al último vagón del mismo convoy con Leo, su mascota de menos de 10 kilos en brazos y con bozal. Sin embargo, los inspectores del tranvía explicaban a las propietarias de Ron y Leo que no está permitido viajar a dos perros con bozal en el último vagón, aunque sean de diferente peso, si no son del mismo dueño.


Pese a que Ron y Leo hayan tenido que separarse durante su aventura en tranvía sus dueñas consideran positiva la ordenanza, aunque cumplirla resulte algo complicado. Sin duda, el respeto entre todos lo usuarios del transporte público es una de las claves para que esta medida funcione.


"Ponerle el bozal por primera vez a Leo ha sido bastante complicado pero ya se acostumbrará si tenemos que viajar en tranvía más veces. La ordenanza es práctica para todos aquellos que tenemos animales. Nos va a permitir movernos por toda la ciudad", explicaba Maribel.


"Me parece muy bien que puedan subir perros, que empecemos a tener algún derecho. La normativa resulta ambigua, subjetiva y es difícil que se cumpla aunque supongo que la irán mejorando -afirmaba-. Facilita el transporte para quienes no tenemos coche, ya que no en todos los taxis se permiten animales de compañía. Cuando tenía que hacer distancias largas no podía ir con Ron. Y ahora, sí."


La implantación de esta ordenanza, que cuenta con el respaldo unánime de la Corporación Municipal, las entidades sociales y organizaciones protectoras de animales, se someterá a un periodo de prueba de seis meses. Para facilitar el conocimiento del nuevo reglamento el Consistorio ha comenzado a repartir más de 40.000 folletos relacionados con los principales aspectos de la ordenanza.