El cariño que José Atarés, exalcalde de Zaragoza y senador del PP, sentía por su ciudad, su forma de ser y el roce que tenía con la gente ha congregado hoy en el Ayuntamiento de la capital a excompañeros de Corporación, de partido, amigos y familiares, con motivo del homenaje póstumo que le han rendido.

Fallecido el pasado 26 de septiembre tras una larga enfermedad, Atarés ha sido este jueves objeto de un sentido homenaje organizado por la Asociación de exconcejales que él ayudó a fundar cuando era alcalde y al que han asistido, además del actual dirigente de la ciudad, Juan Alberto Belloch, la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, quien le cedió el testigo en el año 2000.

Además, han acudido numerosos concejales que le acompañaron durante los 16 años en los que fue miembro de esta Corporación.

El acto ha sido dirigido por la periodista Marina Fortuño, quien ha recordado algunas de las anécdotas vividas con Atarés como alcalde y en especial su espontaneidad y su trato con la gente.

Juan Alberto Belloch se ha referido a "Pepe" como alguien que "empezó como adversario político" y con quien ha mantenido una amistad hasta el último momento, ya que incluso le llamaba a su despacho para preguntarle su opinión sobre distintas cuestiones debido a la franqueza con la que Atarés se expresaba.

Según Belloch, Atarés "siempre tuvo claro que su trabajo era estar al servicio de la ciudad muy por encima de cualquier otro tipo de intereses".

El alcalde de Zaragoza también ha ensalzado su carácter "cariñoso, directo, trabajador en grado extremo, con consideración hacia los demás" y ha asegurado que era un político "de verdad, en todos los sentidos" y que "dignificó la política", motivo por el que a su juicio se merece muchos homenajes.

El presidente de la Asociación de exconcejales, Luis García-Nieto, ha dado las razones de porqué este homenaje, entre otras porque José Atarés fue quien hizo posible la creación de esta asociación, integrada por exediles de todos los partidos políticos, y que Belloch es ahora "el que la mantiene".

Pero además porque Atarés representa "lo mejor del municipalismo", por "su talante, su manera de gobernar, su cercanía, su forma de pisar la ciudad y su capacidad de llegar a acuerdos".

Ha recordado que la ciudad que hoy tenemos es fruto de todos los alcaldes que han pasado por ella y por ello ha apuntado que todos los gobernantes deberían tener "un poco de autoestima y un cierto reconocimiento hacia la sociedad".

La Asociación ha obsequiado a la familia con una escultura de Pepe Rallo de uno de los leones, símbolo de la ciudad, que coronan ambos lados del Puente de Piedra y que se colocaron durante la gestión de García-Nieto como responsable de Urbanismo aprovechando la reforma de la infraestructura romana.

La hija de Atarés, Laura, de 18 años, ha agradecido en nombre su familia el homenaje a su padre, quien, ha recordado, con su trabajo "ayudó a sentar las bases del futuro de la ciudad" y que demostró "un gran espíritu de lucha, cercanía y capacidad de diálogo para afrontar los problemas de la gestión municipal".

Según Laura Atarés, su padre estaría "orgulloso" de este homenaje que la familia recibe "no con pena sino con orgullo".

El acto ha concluido con un recital de boleros a cargo del pianista Miguel Ángel Tapia, quien ha interpretado "El reloj", "Sombras", "Contigo aprendí" y "El día que me quieras", algunos de los que más gustaban al exalcalde, en homenaje a su pasión por la música y el canto, del que hacía gala en todas las ocasiones que podía.

Nacido en El Vallecillo (Teruel) en 1960, José Agarés fue presidente provincial del PP entre 1993 y 2004, y alcalde de Zaragoza entre los años 2000 y 2003, institución en la que entró como concejal en el año 1991 y donde permaneció hasta 2007.

En 2004 fue elegido senador, cargo que ocupaba hasta su fallecimiento.