Regalos y villancicos en el Mercadillo contra el Cáncer

Las bolsas blancas y verdes del Mercadillo contra el Cáncer ya han empezado a ser parte del panorama de la plaza de los Sitios. Este viernes se han abierto las casetas en las que se puede comprar casi de todo al ritmo de los villancicos.

"Hemos comprado una excavadora de juguete, libros, una manta, bolsos... ¡Y no hemos terminado!" enumeraban Elisa Pérez y Carmen Betrán, que acuden todos los años hasta allí para colaborar con sus compras navideñas. "Estamos muy concienciadas", explican.

Maria del Carmen Laita, Miriam Tonin y Eva Tellería son las responsables del puesto de jueguetes, que ya registraba una buena venta en las primeras horas de la mañana. "Son todos juguetes nuevos, comprados el 98% y un 2% donados por Imaginarium", explica Eva. Además, encaran con optimismo el fin de semana, que suele ser cuando más gente se acerca hasta los puestos. 

Sin embargo, María del Carmen, que lleva en el mercadillo desde que se fundó hace 12 años, reconoce que antes el público se rascaba más el bolsillo. "Había fila y estábamos cuatro o cinco en el puesto. La gente ahora viene y pregunta, pero se vende menos".

Las casetas de alimentación son unas de las que más tirón tienen. En ella se encuentra Paz Bruned comprando algo de confitería. "Vengo todos los años por colaborar", explica.

Al otro lado de la fuente se encuentran los libros y la ropa. Nieves Zazurca, la encargada de este puesto explica que todo es nuevo, donado por 47 boutiques de Zaragoza que les ofrecen ropa de primeras marcas. "El gerente de la asociación les manda una carta y en octubre paso a recogerla a la tienda", indica. 

Los precios son mucho más bajos que en las tiendas. Por ejemplo, un vestido de 300 euros puede costar allí 60. "Prefiero vender muy barato y que no se quede para el año siguiente", asegura, aunque alguna vez se han enfadado en alguna tienda por hacerles la competencia.

El Mercadillo contra el Cáncer permanecerá abierto en la plaza de los Sitios hasta el próximo 9 de diciembre. "¡Ya estamos acostumbradas a perdernos el puente!", reconoce Nieves.

Los adornos navideños también son uno de los productos típicos de este mercadillo. Estefanía Lana es una de las clientas habituales del puesto, aunque se pasa también por los de libros y alimentación. "Hay cosas interesantes y merece la pena, porque ayudas", resume.