La crisis, que a todo llega y en todo influye, avisa de un movimiento de retorno hacia sus países de origen de la población extranjera que recaló en España durante la primera década del este siglo. Sin embargo, las estadísticas presentan una tendencia totalmente contraria, con un crecimiento constante de población inmigrante registrada de forma oficial en la Comunidad.

En Aragón hay un total de 187.756 extranjeros empadronados, según los últimos datos publicados por el Instituto aragonés de Estadística (IAEST), que se corresponden con el padrón actualizado a 1 de enero de 2012. Esto supone un importante aumento (2,64%) respecto a 2011, cuando se contabilizaban 182.789 ciudadanos con una nacionalidad diferente a la española. El incremento es todavía superior si se retrocede hasta el año 2008, cuando los registros marcaban 164.862 personas.

Estos movimientos demográficos son desiguales en función de la comarca que se observe. La Comarca de Zaragoza, por ejemplo, no ha dejado de sumar población desde que arrancara la crisis, pasando de 93.476 extranjeros en 2008 a los 107.413 del último padrón, convirtiéndose en una de las razones por las que la población del entorno de Zaragoza haya crecido hasta un 25% a lo largo del último lustro.

El incremento de vecinos en el área metropolitana de la capital compensa la tendencia negativa de otras zonas, que los han perdido paulatinamente -y en menor medida de lo esperado- a lo largo de la crisis. De este modo, se contabilizan un total de 11 comarcas que, atendiendo a los dos últimos padrones, han visto caer el número de extranjeros.

En las 22 comarcas restantes la tendencia es diferente, manteniendo o incrementando la presencia de 'forasteros'. Algunos casos son notables: la Comunidad de Calatayud ha pasado de 6.359 censados a 6.658, la Comunidad de Teruel contaba con 5.204 en 2011 y con 5.640 un año después. En Valdejalón se registran 6.086 actualmente por los 5.884 de 2011 y en el Bajo Cinca la variación interanual ha sido de 4.137 a 4.481.

Reagrupación familiar e hijos

"No es sencillo establecer las causas de este crecimiento, a priori llamativo, porque los datos del padrón, en ocasiones, presentan cierto sesgo al no actualizarse inmediatamente cada año", explica Luis Antonio Sáez, profesor del Departamento de Estructura e Historia Económica de la Universidad de Zaragoza y director del Centro de Estudios sobre la Despoblación y el Desarrollo de Áreas Rurales (CEDDAR).

Sin embargo, indica Sáez, "hay dos causas que justifican este aumento". "Por un lado está la reagrupación familiar. Esta se observa, principalmente, entre la población africana, en nacionalidades como la marroquí, que tienden más que los ciudadanos de otros países a traer y reagrupar el núcleo familiar, a pesar de la crisis".

"La otra razón que se observa es la 'segunda generación'. Es decir, los hijos de los inmigrantes ya asentados en España, que no adquieren necesariamente la nacionalidad española de forma inmediata y por tanto son contabilizados como extranjeros residentes en España", concluye el experto. De este modo se justifica la llamativa escalada de aragoneses de adopción justo en el momento en que el paro alcanza una cifra récord en la Comunidad, con 144.100 personas sin empleo.