Aunque el drama de los desahucios ya ha pasado a formar parte del día a día de miles de aragoneses, pocas son las instituciones que hasta ahora han transformado en cifras una realidad cada vez más preocupante. Según el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que sí publica estadísticas sobre ejecuciones hipotecarias y lanzamientos, en 2012 se produjeron 2.738 desalojos, aunque no todos afectaron directamente a viviendas familiares, ya que también se tienen en cuenta los locales, garajes o fincas. Algo más ha profundizado el Colegio de Registradores de la Propiedad, Bienes Muebles y Mercantiles de España, que ha publicado un informe en el que cuantifica cómo -y cuánto- ha afectado esta situación a las familias aragonesas.

Según esta institución, el año pasado se iniciaron 1.738 procedimientos de ejecución hipotecaria sobre viviendas en la Comunidad -1.193 en Zaragoza, 441 en Huesca y 104 en Teruel-, de los cuales 1.135 acabaron en desahucios. De estás casi 1.200 adjudicaciones, más de una de cada cuatro (un 29%) saldaron su deuda con la denominada dación en pago, la tan demandada fórmula que permite a los afectados por un proceso de este tipo saldar la deuda que han contraído con el banco entregando su vivienda. “Los datos demuestran que la dación en pago se utiliza habitualmente, aunque pueda ser planteada de forma más o menos selectiva según las distintas entidades financieras y las circunstancias personales del deudor”, indican los registradores en su informe.

Sin embargo, desde la plataformaStop Desahucios cuestionan estas estadísticas, que no tienen reflejo en la realidad que viven en su continuo contacto con los afectados por las ejecuciones hipotecarias. “La conclusión que sacamos tras mediar en muchos casos es que la dación en pago no es lo habitual, sino la excepción”, valoran desde la plataforma: “Eso sí, habría que tener en cuenta qué es lo que engloban en ese concepto, ya que sí hay soluciones intermedias, como acuerdos en los que se perdona solo parte de la deuda”.

Presión social para evitar lanzamientos

Aunque la presión social que se está produciendo para evitar que estos procesos acaben en tragedia -personal, familiar o social- sí ha ayudado a muchos afectados, desde Stop Desahucios reconocen que suelen ser más efectivas para evitar los lanzamientos y que las familias se queden en la calle que para lograr la dación en pago.

“Normalmente, esto solo suele lograrse si la deuda es baja”, asegura uno de los portavoces, Pablo Híjar, quien sí cree que la presión ha ayudado a cancelar -o al menos congelar- muchos lanzamientos: “Ahora tienen un cuidado especial con este tema, pero hay muchos casos esperando que de una u otra forma se tendrán que acabar resolviendo.

La vivienda principal, gran afectada

La mayoría de las familias aragonesas que durante el año 2012 se vieron afectadas por una ejecución hipotecaria la sufrieron sobre su primera vivienda, que representó en 74,9% de los casos que se dieron en la Comunidad. Un porcentaje muy similar representan las viviendas principales en los casos de adjudicación por ejecución hipotecaria (75,1%) y de dación en pago (79,2%), lo que demuestra que es un problema que afecta en menos ocasiones a las viviendas secundarias.

En cuanto a la nacionalidad de los propietarios que se ven envueltos en este tipo de procesos, la mayoría son españoles, pero existe un importante proporción de afectados de otras nacionalidades. De hecho, alrededor de uno de cada cuatro personas que sufren un procedimiento de ejecución de hipoteca o una adjudicación en Aragón proceden de otros países. La mayoría de los afectados extranjeros son ecuatorianos, seguidos por rumanos y marroquíes.

Casos minoritarios en el mercado hipotecario

Aunque los desahucios han adquirido una gran relevancia entre las preocupaciones de miles de aragoneses, desde el Colegio de Registradores indican que siguen siendo casos minoritarios si se tiene en cuenta la cantidad de hipotecas que se mueven en España.

“Resulta evidente que hablamos de un problema grave por su profundo impacto social en los afectados, pero minoritario en el mercado hipotecario, que funciona con absoluta normalidad en el 96% de los casos, incluso inmerso en una crisis económica de una envergadura desconocida desde hace muchas décadas”, aseguran este estudio, en el que participan asesores de la Universidad de Zaragoza.