PATRIMONIO

En 2011, la catedral celebró su primera misa desde 1992

El obispo, Eusebio Hernández, ofició la dedicación del altar mayor ante cientos de personas que aprovecharon para visitar el templo.

El obispo de Tarazona, Eusebio Hernández, bendice el altar mayor de la catedral.
En 2011, la catedral celebró su primera misa desde 1992
NORA BERMEJO

La catedral de Tarazona celebró ayer por primera vez una misa desde 1992, cuando fue cerrada por completo. El templo recupera el culto con la misa crismal y la dedicación del altar, oficiados por el obispo de la diócesis, Eusebio Hernández.

Como estaba previsto, la seo se quedó pequeña para la ceremonia, ya que además de ochenta sacerdotes de los diferentes arciprestazgos que componen la diócesis, hubo cientos de fieles que no quisieron perderse este momento histórico y otros tantos curiosos que aprovecharon la ceremonia para entrar al interior de la catedral y admirarla tras la profunda restauración ejecutada.

De pie, en medio de los fieles, estaban la consejera de Cultura, Educación y Deporte del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto; el director general de Patrimonio, Jaime Vicente; el alcalde de Tarazona, Luis María Beamonte, y otros concejales del Ayuntamiento turiasonense.

En su homilía, el obispo dijo: «Estamos viviendo momentos muy significativos e importantes para Tarazona, pero también para toda la diócesis y para todo Aragón, esta catedral es un tesoro, una joya de arquitectura, pintura y arte, fruto de profunda fe». La ceremonia contó con diferentes rituales, que comenzaron cuando el obispo roció con agua bendita al pueblo y el altar. Después, como es propio en una misa crismal, los presbíteros renovaron sus promesas sacerdotales.

El obispo también bendijo los óleos, y tras haber derramado los aromas sobre el óleo, consagró el crisma. A continuación, sopló sobre la vasija del crisma con las manos extendidas mientras recitaba una oración de consagración.

El momento culminante llegó con la dedicación del altar. Tras la colocación de las reliquias de San Ezequiel Moreno, el prelado realizó la unción del altar, y se colocó un brasero sobre el que el obispo echó incienso, antes de que se vistiera el altar y se colocaran en él los candelabros para proseguir la misa como de costumbre.

El propio obispo Eusebio Hernández, agustino recoleto, fue el que eligió a San Ezequiel Moreno (1848-1906) para que parte de sus reliquias descansen en el nuevo altar. San Ezequiel fue un fraile agustino recoleto, nacido en Alfaro (La Rioja) y que habitó el convento de esta orden en Monteagudo (Navarra). Estas dos localidades formaron parte de la diócesis de Tarazona hasta 1956, cuando fue reestructurada y todos los territorios que no pertenecían a la provincia de Zaragoza se incorporaron a otras diócesis.

Con la ceremonia de ayer, la catedral de Santa María de la Huerta, primera iglesia de la diócesis y sede del obispo, recupera sus funciones eclesiásticas. En 1982 el templo fue cediendo espacio paulatinamente para las obras de restauración. En 1992 se cerró definitivamente al culto, cuando ya solo permanecía abierta la capilla de San Andrés.

El Domingo de Resurrección, el obispo oficiará la misa pascual en la catedral. Después, cada domingo habrá misa a las 11.00 y poco a poco se irá recuperando la seo para otros usos, como bodas. Doce parejas han reservado ya fecha.