Borja vivió ayer una jornada de deporte y convivencia que reunió a más de 300 personas. La séptima edición de la Ruta de la Garnacha tuvo como complemento una ruta turística por la localidad para los familiares de los inscritos en la prueba cicloturista y una comida popular.

A primera hora de la mañana, un total de 257 corredores emprendieron la marcha, de 59 kilómetros, organizada por el Club Ciclista BTT de Borja y el Ayuntamiento. Los participantes, prodecentes de distintos puntos de Aragón y de Navarra, pasaron por bosques y viñedos y los alrededores del Santuario de Misericordia. Manuel Abad, coordinador de deportes de Borja, destacó el amplio abanico de edades de los ciclistas. Por ejemplo, el más joven tenía 13 años y el más veterano, 69. Hubo tres puntos de avituallamiento (en los kilómetros 16,6; 31,2 y 40,3) y al cruzar la meta se tomaron los tiempos. Se entregó un diploma a quienes así lo pidieron.

Mientras se desarrollaba la prueba, los familiares realizaron un circuito turístico. Conocieron los edificios más emblemáticos, como la colegiata de Santa María, o el museo.

En la comida popular, alrededor de 375 ciudadanos degustaron una paella en el pabellón. En el acto, se premió a los corredores de menor y mayor edad que terminaron la ruta y al club con mayor número de representantes. El galardón recayó en el Club Ciclista Utebo, con 17 miembros. También se homenajeó a Protección Civil de Borja por su colaboración.