ZARAGOZA

La prostitución disminuye en la capital aragonesa, según detecta Cáritas Diocesana

El Centro Fogaral, dependiente de la entidad, confirma que muchas mujeres están emigrando a otras ciudades españolas o a sus países.

Mujeres ejerciendo la prostitución en Zaragoza en una imagen de archivo.
La prostitución disminuye en la capital aragonesa, según detecta Cáritas Diocesana
HERALDO

No hace ni un año y medio que los vecinos de Escosura y alrededores se echaban a la calle, de madrugada, para hacer guardias nocturnas. Al principio, hasta las 3.00 y, más tarde hasta las 8.00 de la mañana, llegaron a hacer turnos con la intención de alejar la prostitución de sus esquinas y, ya de paso, de las vías adyacentes. La protesta ciudadana tuvo sus frutos porque las asociaciones vecinales llevan meses sin recibir quejas por ruidos o molestias derivadas de esta actividad. Las redadas que se produjeron el pasado año en los clubes y una presencia policial disuasoria en las calles logró desplazar a las mujeres que ejercían la prostitución allí a otras zonas de la ciudad, principalmente, a polígonos industriales, el Camino de las Torres o la cercana calle de Italia.


Sin embargo, y aunque sigan presentándose casos en muchos puntos de Zaragoza, la crisis económica también ha afectado al sector y, según los datos del centro Fogaral de Cáritas, dedicado a trabajar con mujeres que ejercen la prostitución, cada vez son menos las que ofrecen sus servicios no solo en plena calle, sino también en los clubes. «Se quejan de falta de clientela y, por tanto, de ingresos -cuenta Rosa María Jiménez, portavoz de Fogaral-. Algunos negocios se están planteando incluso cerrar y hay mujeres que han decidido marcharse debido a los cada vez más frecuentes controles policiales, y a las consiguientes deportaciones».


Según esta experta, algunas prostitutas han decidido emigrar a otras localidades del norte de España o, directamente, han retornado a su lugar de nacimiento. «Nos dicen que prefieren marcharse a ciudades más pequeñas del norte de España en las que se mueve más dinero. Otras se han ido a Italia y algunas dominicanas han decidido volver a sus países de origen, una vez que han conseguido tener todos los papeles en regla», afirma Jiménez. En cualquier caso, al centro siguen acudiendo prostitutas en busca de ayuda. La mayor parte de ellas, inmigrantes. «Casi todas tienen cargas familiares, aquí en Zaragoza o en sus países, y se encuentran con problemas económicos. Y, como cada vez hay menos clientes, salen a la calle y cambian de zona habitualmente», informa.


Así, barrios que han denunciado con insistencia la presencia de prostitutas en sus calles han visto un descenso de la actividad e, incluso, su eliminación completa. En la Asociación de Vecinos de Delicias Manuel Viola, una de las más persistentes en los pasados años contra la prostitución callejera, no tienen constancia de quejas en los últimos meses. «En otros momentos sí ha habido, y no pocas -reconocieron fuentes vecinales-. Y aunque sí se presentan algunas por ruidos, suelen ser casos aislados».


Desde la agrupación, reconocen que este asunto fue uno de sus caballos de batalla en el pasado, pero que, con la progresiva desaparición de la actividad en sus calles, se centraron en pedir un plan integral y no intervenciones concretas. «Hemos actuado a nivel de instituciones. La prostitución es un tema muy complejo en el que intervienen muchos componentes, y hay que darle solución a través de las administraciones», señalan desde la asociación.

«Casi se ha erradicado»


También la Unión Vecinal Cesaraugusta se manifestó hace dos años en contra de la constante presencia de prostitutas en Escosura y aledaños, una situación que, afirman, ha logrado cambiarse. «De allí se ha erradicado casi en su totalidad. Quedan los clubes, pero lo que hay de puertas adentro no es nuestra preocupación como entidad vecinal», señala su presidente, Manuel Ortiz.


Aunque, tras el abandono de Escosura, la organización observó con preocupación el traslado de las chicas a plaza Roma y a la calle de Italia, en la actualidad se muestra satisfecha del descenso en la actividad. «Si queda algo, es una presencia residual. Es un hecho que ahora hay mucha menos prostitución que antes. Y, ahora mismo, podemos decir que no tenemos ninguna denuncia en la asociación por ello», se felicita Ortiz.