CRISIS EN ZARAGOZA

Los impagos de viviendas provocan cuatro desahucios diarios en la provincia

Los desalojos afectan más a propietarios que a alquilados y se incrementan los efectuados en pueblos pequeñosLas plataformas solidarias y vecinales piden a las entidades bancarias que la entrega de la vivienda salde toda la deuda.

El nuevo distrito de Parque Venecia
Los primeros de Parque Venecia
P.R.D

La crisis económica, los recortes en los salarios y las largas temporadas en paro han provocado un aumento en los impagos de las hipotecas o alquileres y, por tanto, en el número de desahucios. En Aragón se efectúan seis desalojos al día, cuatro de ellos en la provincia de Zaragoza, según muestran los datos estadísticos del Consejo General del Poder Judicial. En España, las cifras llegan a alcanzar o incluso superar las 270 expulsiones diarias.

La mayor parte de los desahucios que se efectúan en Aragón tienen lugar en la provincia de Zaragoza y se llevan a cabo sobre propietarios de viviendas. Además, sorprende que en el último trimestre se haya incrementado el número de desahucios en pueblos pequeños. «El problema se está extendiendo por todo el territorio. No solo en las ciudades más grandes, que era lo habitual, sino también en las localidades más pequeñas», asegura la abogada zaragozana Zaira Milán, que asiste varios de estos casos.

Muchos propietarios con dificultades para llegar a fin de mes comienzan a no pagar las cuotas de sus hipotecas, motivo por el que, poco después, las entidades bancarias correspondientes inician los procedimientos de embargo. En 2010, se realizaron 2.126 ejecuciones hipotecarias -el impago de hipoteca o alquiler por parte del inquilino entra en proceso judicial-, de las cuales 1.625 se dieron en Zaragoza, 97 en Teruel y 404 en Huesca.

De esas 2.126 ejecuciones solo 1.482 viviendas llegaron a embargarse. «Algunos propietarios lograron llegar a un acuerdo con el banco y no pasó de ahí», indica Milán. Pero aunque la casa salga a subasta y cambie de propietario (generalmente el banco), los inquilinos no suelen abandonar la vivienda hasta que se produce el desahucio. De las 1.482 familias afectadas el año pasado, solo 26 salieron del inmueble por su propio pie. «Tienen la esperanza de que no les echen porque no tienen otro sitio donde dormir», apunta Manuel Pardos, presidente de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae).

Alquileres baratos y moratorias

Muchas de las familias en riesgo de desahucio, sobre todo las que residen en Zaragoza capital, recurren a plataformas y asociaciones vecinales en busca de ayuda. «Estamos trabajando en todos los barrios para dar una solución rápida», afirma Miguel Ángel Mallén, presidente de la Confederación de Asociaciones Vecinales de Aragón.

La plataforma Stop Desahucios (integrada por asociaciones vecinales y el movimiento 15-M) es una de las que más casos de desahucios atiende. Entre otros, asisten a Fernando Sánchez, que está en riesgo de desalojo por no pagar un mes de alquiler en una vivienda VPO; y a Juan José Mato, al que ya le han quitado su vivienda y ahora está en riesgo la de sus padres por avalarle. Lo mismo le ocurre a Pablo García, que ha recibido un aviso de desahucio de dos viviendas para el 23 de septiembre. «Daremos una rueda de prensa el miércoles para presentar sus casos y darles visibilidad. Es un problema que se da en todos los barrios », dicen desde la plataforma.

Además, invitan a los afectados a que acudan a ellos «desde un primer momento, cuando se haya dejado de pagar alguna cuota y todavía se pueda negociar con el banco». En los casos donde ya hay orden de desalojo, «hacemos piquetes ciudadanos pacíficos para evitarlos». Lo lograron con África, vecina de Valdefierro, aunque todavía no han llegado a un acuerdo con la entidad bancaria.

Entre sus propuestas están la dación en pago (que con la entrega de la casa se elimine por completo la deuda) y que se facilite al inquilino permanecer en la vivienda pagando un alquiler bajo. Desde Adicae, además, proponen una moratoria de tres años «para no tener que pagar la hipoteca durante un tiempo cuando no se pueda hacer frente a ella», explican.