El alero del antiguo cuartel de Pontoneros de Zaragoza se ha podido desplomar pese a los apuntalamientos a causa de la acción de unos ailantos, árboles de más de 20 metros de altura y flores de olor desagradable, que han crecido en el mortero de esa pieza y la han dejado sin sujeción.

Esa es la causa que les parece más probable a los técnicos del Ayuntamiento de Zaragoza, según ha informado hoy el alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch.

En una rueda de prensa para informar de las conclusiones de la sexta reunión del comité de expertos que asesora al consistorio en los asuntos relacionados con la sociedad de la información y la innovación tecnológica, Belloch ha subrayado que además de dar con la causa del desplome se revisará el conjunto del edificio.

En ese sentido, ha apuntado que a las evaluaciones periódicas que ya se hacen a los inmuebles históricos desocupados se añadirá otra extraordinaria para comprobar su estado actual.

Entre esos edificios ha citado la Harinera y la Imprenta Blasco, además del Palacio de Fuenclara, aunque en este caso ha indicado que «a ojo» no presenta ningún problema porque han sido recientemente arregladas las fachadas.

Además, ha asegurado que hay partida presupuestaria para reparar el alero, si bien ha precisado que aunque no la hubiera, «todos los temas de urgencia se pagan siempre».