TRIBUNALES

«Dijeron que eran agentes, nos retuvieron 5 horas y nos dieron descargas eléctricas»

Juzgan a ocho personas acusadas de una veintena de delitos -entre ellos dos secuestros- por los que les piden 180 años de cárcel.

Uno de los acusados, a su llegada a la Audiencia Provincial.
«Dijeron que eran agentes, nos retuvieron 5 horas y nos dieron descargas eléctricas»
ESTHER CASAS

Ocho personas están siendo juzgadas en la Audiencia Provincial de Zaragoza acusadas de un rosario de delitos violentos -entre ellos dos secuestros, varios allanamientos de morada, distintos robos y lesiones- por los que el fiscal pide penas que alcanzan los 180 años de prisión. A los implicados -cinco colombianos, un español, un venezolano y un dominicano- también se les acusa de usurpación de funciones públicas y de falsificación de documento oficial, puesto que para entrar en las viviendas se hacían pasar por policías o guardias civiles y exhibían órdenes de registro falsas. A todo esto hay que añadir delitos de tenencia ilícita de armas, tráfico de drogas y una agresión sexual atribuida a Ángel Rodríguez González.


En concreto, el fiscal considera que los acusados cometieron dos secuestros 'exprés' en Zaragoza, otro en un pueblo de Toledo y un robo en un garaje de Madrid. De hecho, la mayoría de ellos fueron detenidos en un piso de la calle de Belfast de la capital de España que usaban de centro de operaciones.


De los ocho acusados, tres -Ángel Rodríguez; Juan Ramón Bernal y Diego Fernando Mora- no quisieron declarar. Los otros cinco -Enrique Vera, Joel Valdez, Jarlín García, Guillermo Andrés Rodríguez y Frank Norly Tobon- negaron los hechos. Para justificar su presencia en el piso de la calle de Belfast argumentaron que lo utilizaban cuando iban a Madrid a hacer gestiones con el consulado colombiano para arreglar su documentación. Hasta el español imputado, Enrique Vega, dijo que estaba allí para ayudar a sus amigos a hacer los trámites. Suyos son también los dos coches que la Policía cree que la banda usaba en sus desplazamientos, pero él explicó que la Policía le había quitado el carné por haberlo cogido varias veces drogado y que se los prestó a su colegas.


La marihuana y jugar a la 'play' fueron las razones que argumentaron varios de ellos para justificar su presencia en Madrid. «Nos juntábamos a fumar y a jugar», dijeron. Al ser interrogados por un secuestro sufrido por una pareja colombiana y un amigo que ese día estaba en su chalé del barrio de Santa Isabel, ninguno de ellos sabía de qué le estaban hablando.


No obstante, las víctimas sí que recordaban con claridad lo sucedido: «Salí temprano a pasear los perros y cuando regresé y me disponía a entrar en casa, se me acercaron tres personas, se identificaron como policías y me dijeron si podían entrar. Les dejé y nada más cruzar la puerta me esposaron, sacaron una pistola y uno se fue a por mi novio, que estaba en la planta de arriba. Al darse cuenta que había un amigo, se comunicaron a través de un radiotransmisor con alguien del exterior y les dijeron que había uno más», explicó la vecina de Santa Isabel.


Cuando los tuvieron a los tres amarrados y en distintas habitaciones, les preguntaron por el dinero y los objetos de valor, al tiempo que les daban descargas eléctricas con las pistolas que llevaban. Al novio de la mujer le amenazaron con cortarle los dedos de los pies con un cuchillo y le golpearon repetidas veces, al igual que a su amigo. Además, uno de los asaltantes -al que identificó como Rodríguez- la sometió a tocamientos sexuales, algunos de los cuales fueron presenciados por las otras víctimas. También le obligaron a darle las llaves de una casa de Pinseque, donde pensaban que tenía dinero. Tras cinco horas de torturas, uno de los dos varones logró escapar y, al pedir auxilio, los delincuentes se marcharon.


El juicio continuará hoy con la declaración de veintidós policías.