Alrededor de 700 personas se reunieron ayer en la balsa de Jaulín para participar en la tradicional comida de migas, enmarcada en las fiestas del Árbol del municipio. El buen tiempo propició que los ciudadanos se volcaran con la celebración. No solo acudieron vecinos, también familiares y amigos procedentes de Zaragoza, Huesca, el Pirineo, Barcelona o localidades de alrededor. La población, con 333 habitantes censados, se duplicó durante unas horas.

La actividad, que ya ha cumplido 31 ediciones, tiene su origen en la comida popular que se organizó en su día para conmemorar la inauguración del parque de Jaulín en el área donde antes estaba el basurero municipal. La costumbre es que las personas formen grupos con hogueras en torno a la balsa, donde antaño, cuando no había abastecimiento de agua corriente, los jaulineros iban a recogerla con cubos y calderos para fregar o lavar.

El Ayuntamiento, según explicó la teniente de alcalde, María Pilar Burdío, distribuyó papeleras para que todo quedara limpio después de la fiesta y la madera para hacer el fuego. Los ingredientes para condimentar las migas y colocarlos en la brasa corrieron por cuenta de los asistentes.

Por la tarde y por la noche los actos siguieron con música. Las fiestas del Árbol mezclan lo lúdico y la concienciación social para proteger la naturaleza. De ahí que comenzaran el pasado sábado con la trigésima entrega de los premios en defensa del medio ambiente otorgados por el Consistorio en colaboración con la Asociación Cultural Xaulín. Como ya se informó, recayeron en el ingeniero de Montes Emilio Pérez Bujarrabal (categoría regional), WWF/Adena (nacional) y la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (internacional).

En principio, las celebraciones concluirán la semana que viene con la plantación de varios árboles donados por la Diputación Provincial de Zaragoza. Otros años se han puesto en el parque y esta vez aún no está claro, si bien Burdío apostó por hacerlo en la zona de las piscinas.