TRIBUNALES

No se puede robar un piano a la luz del día

Tres ladrones aceptaron ayer condenas de un año de prisión por un intento de robo en Movera. El botín era un piano de 200 kilos. Consiguieron bajarlo por las escaleras, pero no lograron meterlo en la furgoneta.

Se enteraron de que el propietario había fallecido y se colocaron en una vivienda de Movera para 'echar un vistazo'. Pusieron las dos plantas patas arriba, pero el único objeto de valor que llamó su atención fue un viejo piano vertical. Pesaba 200 kilos, pero se lo cargaron a la espalda y lo bajaron por las escaleras hasta la puerta con la intención de subirlo a la furgoneta. Sin embargo, debieron de pensar que el esfuerzo había sido importante y había que retomar fuerzas, porque cubrieron el botín con una sábana y se fueron almorzar. Un par de horas después, regresaron a la vivienda con intención de apoderarse del pesado instrumento. Pero sus planes se fueron al traste, porque un vecino les vio merodeando por la zona y avisó a los nuevos dueños.


Tampoco es extraño que esta persona sospechara, porque los ladrones eligieron como escenario del golpe una vivienda ubicada en plena calle Mayor. Estuvieron toda la mañana por el barrio y su poco estilizada figura no pasó inadvertida para los oriundos. El vecino llegó a tomar la matrícula de su vehículo y se la pasó a la Policía, que aguardó paciente su regreso y procedió a su detención.


Los tres cacos, Indalecio Gutiérrez, Máximo Sánchez y Adán Borja tenían que haberse sentado ayer en el banquillo de los acusados. No en vano, la fiscalía les imputaba un delito de robo con fuerza en vivienda habitada y pedía prisión para ellos. Tres años y siete meses para el último, que es reincidente, y dos años y medio para los otros dos. Sin embargo, sus abogados, Javier Elía y Mirta Manrique, lograron un acuerdo con el representante del ministerio público y la vista no llegó a celebrarse, ya que los acusados aceptaron un año de prisión como condena.


En concepto de responsabilidad civil, se pedía que los ladrones indemnizaran conjunta y solidariamente a los perjudicados con 1.670 euros. Para conseguir que el fiscal aceptara el acuerdo, el reincidente tuvo que adelantar 400 euros, lo que sirvió para apreciarle la atenuante de reparación del daño. Ahora, entre todos tendrán que pagar el resto.


En principio, los acusados eran cuatro, ya que también se había vinculado con el intento de robo al dueño de la furgoneta utilizada para perpetrar el golpe. Sin embargo, se demostró que este no había estado presente en la casa y el fiscal terminó retirando la imputación.